Según los datos, el jubilado de 73 años, que encerró a su propia hija durante casi un cuarto de siglo y con la que tuvo siete hijos, está registrado como propietario único de seis bienes inmuebles, repartidos por varias localidades del Estado federado de la Baja Austria.

En la lista figuran la propia casa familiar, tres edificios con numerosos apartamentos y locales comerciales, otra casa y un terreno, por un valor estimado de unos 2,2 millones de euros.

Los edificios están ubicados en las localidades de Waidhofen an der Ybbs, Sankt Pölten (capital de Baja Austria) y en Amstetten, la ciudad de 23.000 habitantes donde el perito eléctrico jubilado encerró a su hija en un sótano debajo de su casa.

Según informa hoy el semanario vienés "News", en un solar adquirido por Fritzl hace apenas tres años, el hombre había hecho mover decenas de metros cúbicos de tierra, aparentemente sin ninguna finalidad.

Después de destaparse el caso del calabozo subterráneo de Amstetten, la policía también investigará ese lugar, asegura "News".

El semanario destaca, además, que en uno de los inmuebles adquiridos por Fritzl en Amstetten el hombre quería construir 13 casas adosadas, un centro de oficinas y un aparcamiento para 30 vehículos, un proyecto que fue suspendido ante la resistencia de los demás vecinos.

Los análisis de ADN, hechos públicos ayer, confirmaron la confesión de Fritzl de ser el padre biológico de todos los hijos que su hija Elisabteh, de hoy 42 años, dio a luz en condiciones infrahumanas en un escondite de unos 60 metros cuadrados.