El descanso nocturno es prácticamente imposible para esta familia de San Miguel de Oia. Todavía tienen el miedo en el

cuerpo. "Seguimos haciendo guardia por las noches y los

chavales cierran puertas y persianas. No sé, sabemos que entraron aquí por equivocación y que no van a volver, pero...", confiesa el dueño de la vivienda asaltada. Ya han pasado cuatro días desde aquella terrible noche, pero

este vigués tardará mucho en olvidar. "Todavía estamos mal;

yo me emociono mucho y me noto con tensión al comentar el

tema", afirma. El apoyo y la compañía de los suyos no le

falta: hasta su casa se trasladaron muchos familiares y amigos

para darles ánimos y ayudarle a superar este duro trance.

En el botín que se llevaron los ladrones, todavía sin cuantificar económicamente, había muchos objetos con un gran valor sentimental para la familia. Entre las numerosas joyas de oro robaron sortijas y pulseras de antepasados y otras alhajas que este hombre le había regalado a su mujer. "La bisutería la dejaron toda: sabían distinguir el oro de la lata", cuenta. Además de joyas y otros objetos de valor, sustrajeron más de 1.300 euros. Entre ellos, 600 euros de la recaudación de la comisión de fiestas de Liñares, a

la que pertenece su hija.