Según el escrito de conclusiones del Ministerio Fiscal, el acusado tenía en su casa el 24 de enero de 2005, 4 revólveres, dos pistolas, dos granadas de mortero, dos granadas de mano, 982 cartuchos metálicos de calibre, 50 cartuchos de plástico, así como diferente material armamentístico.

El procesado, en la fecha de los hechos, carecía de todo tipo de licencia que le habilitara o autorizada a tener armas de fuego.

El fiscal considera que el acusado es culpable de un delito de tenencia ilícita de armas, por lo que pide para éste siete años de cárcel.