El propietario de una finca agrícola de la localidad alicantina de Pilar de la Horadada encontró ayer en un embalse el cuerpo sin vida de una mujer que podría llevar muerta una semana. El cadáver de la joven estaba maniatado y tenía una rueda metálica alrededor de la cintura, para que el peso la hundiese en el fondo de la balsa de riego, que actualmente se encuentra en uno de sus niveles más bajos. La Guardia Civil ya ha iniciado investigaciones para tratar de esclarecer este extraño suceso.

El cuerpo fue hallado por el propietario de una finca situada a medio camino del núcleo urbano y la urbanización Pinar de Campoverde. Se percató de la presencia del cuerpo a primera hora de la mañana, al visitar el embalse que precisamente en estos días sólo tiene un metro de profundidad. Acto seguido, tras dar aviso a las autoridades, acudieron al lugar efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Autonómica, así como bomberos que trabajaron en el rescate del cadáver, antes de que el juez ordenase su levantamiento.

De la primera inspección se extrajo que el cuerpo era el de una joven de entre 20 y 30 años, de cabello rubio y que podría corresponder con el de una ciudadana de Europa del Este. El cadáver se encontraba con las manos y los pies atados con un cordón de bota, así como con una rueda metálica alrededor de la cintura para que el peso la hundiera en el fondo de la balsa. En base a estos indicios, y aunqueel agricultor sospechó de un accidente fortuito, la Guardia Civil ha iniciado una investigación para identificar a la mujer y esclarecer las circunstancias del suceso.

Las características de la finca y del embalse, rodeado por una valla de 1,80 metros de altura, apuntan a que el cuerpo de la mujer pudo ser arrojado a la balsa por encima de la verja.