El jefe de Demarcación de Costas en Galicia, Rafael Eimil, se encuentra hoy en A Pobra supervisando los daños materiales provocados por un tornado ocurrido ayer por la noche en la playa de Cabío, y que serán reparados antes del verano.

El director general realiza la visita acompañado por el alcalde de la localidad coruñesa, Isaac Maceiras, y un grupo de técnicos que evalúa los daños.

El tornado se produjo a las nueve y media de la noche en el lugar donde está asentado un camping, en el que se encontraban varias personas, pero un matrimonio ni tan siquiera se percató de lo ocurrido y pensó que se trataba de "una broma".

En cambio, la propietaria se llevó un enorme susto "porque el ruido fue tremendo, había llovido mucho, de repente dejó de llover y surge el ruido espantoso, estaba conmigo una camarera y se escondió, yo quise salir pero no pude", relató.

La mujer, que sufrió una taquicardia pero no necesitó asistencia medica, explicó que "el viento cerró las dos puertas y luego pasó todo muy rápido, igual ni llegó a un minuto, si la camarera hubiera salido le hubieran caído los arboles encima", precisó.

Maceiras aseguró que lo ocurrido ha sido muy extraño y reconoció que temió que hubiera víctimas mortales.

"Ha sido extraño porque es como si el tornado entrara por un pasillo, arrancó arboles, derribó farolas, rompió por el medio un banco de piedra", enumeró.

Por ello, pidió que se estudie lo que está pasando porque hace dos años hubo otro tornado.

Además del tornado ocurrido en A Pobra hace dos años, recientemente se detectó un terremoto en Corrubedo que se llegó a percibir en Vilagarcía, y otro en A Lanzada.

No hay que lamentar víctimas

Anxo Rodríguez, uno de los responsables del cámping de la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal donde ayer un tornado causó importantes daños materiales, ha destacado hoy que a pesar de los destrozos ocasionados en las instalaciones "afortunadamente no hay que lamentar víctimas".

El fenómeno meteorológico se registró ayer en torno a las 21:00 horas en las inmediaciones de la playa de Cabío donde está ubicado el cámping Ría de Arousa, que resultó seriamente afectado por la "inesperada" fuerza del viento que azotó el lugar en un breve espacio de tiempo.

Así lo recuerda este socio del centro: "Se formó un enorme estruendo, un ruido muy grande, como si de un terremoto se tratase, y se levantó un viento de repente procedente del mar que por donde pasó lo dejó todo arrasado".

Según ha relatado, en el momento en que se registró el tornado unos pocos clientes se encontraban en el interior de la cafetería del complejo viendo el partido de fútbol que ayer enfrentó al Valencia y al Getafe en la final de la Copa del Rey, que contemplaron "impotentes" lo que en un principio creyeron una tormenta.

"El ruido era como el de una tormenta o un terremoto y de repente nos invadió un sensación de impotencia de no saber qué hacer. Fue todo muy rápido, cuestión de segundos", añadió.

El fuerte viento huracanado levantó árboles a su paso y destrozó completamente la parte de las instalaciones del complejo que alberga la cocina, desde donde la propietaria del cámping y una empleada fueron testigos de los que ocurría.

Esta mañana, los responsables del establecimiento y los clientes que están instalados en el cámping contemplaban aún sorprendidos los desperfectos, a la espera de la llegada de los peritos encargados de evaluar los daños.

"Hay muchos árboles tumbados y arrancados de raíz, pero lo curioso es que la mayoría están seccionados verticalmente. Es, cuando menos, impresionante", indicó.

El tornado esquivó una parte del recinto en la que permanecen instaladas las caravanas donde derribó dos árboles y causó desperfectos en algunos vehículos.

Alejandro García, que desde hace unos días ya se ha instalado en el complejo, ha mostrado su perplejidad por la trayectoria del viento que asoló la parte del recinto más próxima al mar.

Según explicó, el fuerte viento afectó a unas cuatro o cinco caravanas, entre ellas, la suya, a la que destrozó el toldo.

"Menos mal que coincidió un día de semana y por la noche, porque podría haber sorprendido a los niños en el parque o a más gente en las instalaciones", indicó.

"A pesar de lo malo, ha habido suerte", concluyó.