La Audiencia Nacional juzgará hoy al grapo Marcos Martín Ponce, absuelto recientemente por el Tribunal Supremo del asesinato de un policía nacional en Madrid en 2000, por su participación en un atraco a una sucursal bancaria de Valladolid el 21 de mayo de 1999. Natural de Suiza, aunque residía en Galicia, es uno de los miembros de la banda que está pendiente de juicio por matar a dos guardias jurados en Vigo en el asalto a un furgón blindado de Prosegur en el año 2000.

En relación con la vista de hoy, el fiscal pide seis años y medio de prisión para Martín Ponce, de 36 años, y María Ángeles Ruiz Villa al considerarlos responsables de un delito de terrorismo. Los hechos, según el escrito de acusación, ocurrieron a las doce y media del mediodía de aquel 21 de mayo, cuando el acusado, junto a los otros miembros de los GRAPO Ruiz Villa e Israel Torralba -ya condenado por estos hechos y también pendiente de juicio, igual que Ruiz Villa, por el asalto de Vigo-, entraron en la sucursal de la vallisoletana calle Camino del Cabildo.

Los tres grapos amenazaron "con armas cortas de fuego" a tres empleados y dos clientes y se apoderaron de un total de 66.036 euros (en la época, 10.987.500 pesetas), que no han sido recuperados.

Martín Ponce, entregado por las autoridades francesas el 22 de diciembre de 2006 y que en la actualidad cumple una condena de 11 años de cárcel por un atraco en Barcelona en mayo de 2001, también había sido condenado por la Audiencia Nacional a 30 años de cárcel por el asesinato del policía Francisco Javier Sanz, sentencia que ha sido anulada recientemente por el Supremo.

El Alto Tribunal ha adoptado esta decisión porque la testigo que identificó a Martín Ponce no compareció en el juicio que se celebró el 25 de julio de 2007 al no haber sido localizada y considera que sin su declaración no queda acreditado que el grapo fuera autor del asesinato. El Supremo atribuyó esta situación a la negligencia policial y judicial.

Martín Ponce habría sido el autor material del crimen más brutal y sangriento del GRAPO en Vigo. El ataque al furgón blindado, con bombas lapas y a tiros, se saldó con dos vigilantes muertos y uno herido.