La sorpresa se ha apoderado de Toén. Los vecinos de este municipio ourensano, donde residen dos de los supuestos autores del secuestro, aún no dan crédito a lo sucedido. Tanto Francisco Javier, el supuesto cabecilla, como Emilio, otro de los arrestados, son, según un residente, "personas de familias trabajadoras pero acomodadas, a los que no les ha faltado de nada, y sobre todo en el caso de Emilio nadie se cree que él pueda estar metido en esto".

Ninguno de los cinco detenidos tiene antecedentes penales, "pero además en el caso de Emilio se trata de una persona que cobra una minusvalía por un accidente, que jamás dio problemas en el pueblo, tranquilo y ni siquiera bebe", explica todavía conmocionado.

Todos se muestran sorprendidas por el atraco. "Una chapuza", afirman, "que hace pensar que lo diseñaron todos una noche que estaban fumados", apunta un joven que los conoce.

Nadie entiende que los supuestos secuestradores, que conocían "de vista" a su víctima, la dejaran tan mal maniatada que el propio secuestrado consiguió soltarse y regresar a su casa en Ourense para llamar a la Policía.

Un amigo de Emilio califica de "infantil" que llamaran al día siguiente al joven para que depositara el dinero en la ermita de San Benito. De esa manera fue como en la noche del 11 de abril un fuerte dispositivo policial los detuvo.