En una rueda de prensa en Cádiz, el comisario provincial, José María Deira, ha informado de que el compañero del detenido por las violaciones, ya que éstas siempre se consumaban entre dos individuos, ha sido localizado en la prisión Puerto II en El Puerto de Santa María, donde cumple condena por un delito de abuso sexual.

Deira ha explicado que la imputación de los delitos a estos dos hombres ha sido posible gracias al protocolo policial, ya que las violaciones se "consumaron hace más de trece años" y en ese momento la investigación no había servido para esclarecer quiénes habían sido los responsables de las diez violaciones denunciadas.

Al parecer, los dos individuos, que responden a las iniciales F.B.G y J.B.G, siempre actuaban del mismo modo, asaltaban a las víctimas en lugares con poca iluminación, las trasladaban a otras zonas poco transitadas -llegaron incluso a tener acondicionado con cartones el lugar donde consumaban la agresión-, y allí procedían a violar a las mujeres.

Según el relato de Deira, los dos imputados siempre actuaban ataviados con ropa negra o de camuflaje, con manga larga y con pasamontañas, por lo que las víctimas sólo podían reconocerlos por la envergadura física o por el tono de voz, salvo en alguna ocasión en la que los agresores se levantaban el pasamontañas y de ese modo ellas podían apreciar algún rasgo físico con lo que la Policía hizo un retrato robot.

Durante un cierto tiempo la Policía creyó haber encontrado al autor de las violaciones ya que en 1998 un delincuente habitual se inculpó y fue condenado y encarcelado primero en la prisión Puerto II y después en la de Topas, en Salamanca, donde se encontraría hoy en día cumpliendo condena por estas violaciones.

Sin embargo, las agresiones sexuales se sucedieron hasta 2000 y las investigaciones no dieron resultado hasta junio del año pasado cuando, dentro de una actuación policial rutinaria, durante la detención de un individuo por un delito contra la libertad sexual, al comprobar su ADN coincidió con el perfil identificado en cuatro de las diez violaciones acaecidas trece años antes.

Según Deira, cuando recibieron la noticia, sin detener al presunto autor de las violaciones, comenzaron a comprobar todas las personas que habían sido detenidas en compañía del identificado para encontrar al segundo agresor.

Entre estos, la Policía hizo la prueba de ADN a un individuo que había sido detenido en compañía del identificado, cuyas muestras biológicas coincidían con una de las halladas en una de las violaciones, por lo que los agentes creen que es el cómplice, y que actualmente cumple condena en la prisión de Puerto II.

Una vez descubiertos los dos presuntos autores de las violaciones los agentes detuvieron al primer individuo que se encontraba en libertad y puso en conocimiento de la fiscalía los datos de la investigación.