Cinco años después de que el gran muro de piedra de una finca se desplomara y sepultara a un conductor dentro de su vehículo aparcado en Redondela, ocho personas se sentarán los próximos días en el banquillo del Juzgado de lo Penal 3 de Vigo acusados de un delito de homicidio por imprudencia.

El fiscal solicita para todos ellos, propietarios de la finca y constructores de la obra, 18 años de cárcel -2 años y medio para cada uno-, e indemnizaciones por importe de casi 100.000 euros para la viuda de la víctima, Diego Carnero Vidal -que tenía 67 años- y sus tres hijos. El Ministerio Público pide el archivo de las diligencias contra los técnicos municipales, imputados inicialmente porque la obra carecía de licencia, si bien la acusación particular de la familia del fallecido podría mantenerla.

Con los propietarios de la finca y la vivienda, el ex ciclista Marcos Antonio Serrano Rodríguez y su padre, Alfredo Serrano Blanco, serán juzgados Antonio Amadeo Álvarez González, responsable del proyecto técnico de diseño y jardín; José Antonio Martínez Cabaleiro, que ejecutó la construcción del muro hasta 7 metros de altura, la rampa y la barandilla que carecían de licencia; los responsables de la empresa Valle y Villar, José Antonio Álvarez Valle y Alberto Vázquez Villar, a su vez autor del proyecto, contratados para instalar la rampa y el forjado y José Antonio Nieto Sanjuán, subcontratista de Canteras Nieto, encargado del proyecto final. Para todos los técnicos la Fiscalía solicita, además de la pena de prisión, cuatro años de inhabilitación profesional para cada uno.

Los hechos sucedieron el 7 de enero de 2003 a primeras horas de la mañana. Diego Carnero Vidal tenía su coche estacionado enfrente de su casa, bajo el muro de cierre de la finca vecina, y se dirigía con su mujer al Centro de Salud. Al ver el muro deformado, él se subió al vehículo y su mujer regresó a casa para que uno de sus hijos retirara otro coche que tenía allí aparcado. No llegó a tiempo, el muro de piedra se había desplomado sobre el Audi de su marido con él dentro. Ella se salvó de milagro.

El fiscal, en su escrito de acusación, sostiene que la "barriga" que tenía el muro era visible para los profanos, pero los técnicos de las obras que allí se realizaban "no hicieron nada", pese a ser conscientes del peligro. La licencia municipal, además, era para un muro de 3 ó 4 metros de altura, que se levó hasta 10 para hacer la rampa y que los coches accedieran hasta la vivienda. El fiscal sostiene que la altura del muro era "disparatada" y que el autor del diseño del jardín llegó a decir que él no firmaba ese proyecto. Además, la Fiscalía incide en que antes ya hubo caídas de piedras y se presentaron denuncias en el Concello de Redondela.

La víctima era una de las personas que habían denunciado la obra, si bien por problemas de visibilidad. Por este motivo el Ministerio Público considera que la "inactividad de la Administración es lamentable, pero no una imprudencia penal".