Diez años y seis meses de cárcel. Ésta es la suma de condenas que ayer aceptaron el responsable de un pub vigués de la calle Urzáiz, su hijo y una empleada por vender cocaína en el local. El acuerdo entre las defensas y la Fiscalía evitó la celebración de la vista oral.

Los acusados eludieron una pena mayor al reconocer el fiscal como atenuantes no sólo la adicción a las drogas que sufrían los tres, sino también el retraso injustificado del juicio, ya que los hechos ocurrieron hace casi cuatro años y el procedimiento sufrió múltiples demoras.

Aunque al parecer el establecimiento hostelero donde vendían la droga está ahora en manos de otros dueños, se investigará si el principal acusado todavía tiene algo que ver en el mismo, lo que, en este caso, supondría su clausura temporal durante cuatro años.

Los hechos con los que ayer se conformaron José Antonio G.G., su hijo Marcos G.S. y María Begoña G.G. en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Vigo, ocurrieron en el verano de 2004.

La Policía Nacional intervino casi 50 gramos de cocaína escondidos en la barra y en la cocina del local e identificaron a seis clientes que estaban consumiendo droga allí mismo llegando a utilizar los servilleteros "para separar" la cocaína. La mayoría consumía en los reservados, pero también en otras zonas como la barra.

El principal imputado, José Antonio, se conformó con una pena de cuatro años y medio de cárcel y una multa de 6.989 euros al ser considerado autor del delito de tráfico de drogas en el que concurre la agravante de que la venta se hacía en un establecimiento público. Mientras, su hijo y la empleada, Marcos y María Begoña respectivamente, aceptaron cada uno tres años de prisión e idéntica multa. Las penas, en los tres caso, implican el ingreso en la cárcel ya que son superiores a dos años.

Aunque el fiscal solicitaba condenas mayores, finalmente las rebajó al tener en cuenta dos atenuantes. La primera fue la de drogadicción, ya que todos eran adictos a la cocaína y la mujer, a mayores, al hachís y a los tranquilizantes. Y también se beneficiaron de la atenuante de dilaciones indebidas ya que durante los casi cuatro años que duró la instrucción hubo retrasos injustificados. Así, se estuvo cuatro meses a la espera de un oficio del servicio de Sanidad Exterior que no aportó nada nuevo a la causa, durante otro período temporal el caso estuvo paralizado y también se prolongó más de lo habitual el proceso para decidir si iba a ser tramitado como procedimiento abreviado o sumario.

La conformidad alcanzada ayer también incluye la clausura temporal del pub durante cuatro años. El local al parecer tiene ahora otros dueños, lo que llevaría a no aplicar este punto. Pero habrá una investigación policial para comprobar si José Antonio G.G. sigue de alguna manera vinculado al establecimiento, en cuyo caso sí se produciría la clausura.

Los tres condenados ingresarán en prisión ya que todos han sido condenados a más de dos años de prisión, lo que conlleva el cumplimiento carcelario.