La transición energética se ha convertido en uno de los principales retos para avanzar en la lucha contra el cambio climático. El camino hacia un nuevo modelo energético, que apueste exclusivamente por el empleo de energías limpias, debe ser progresivo si nuestra sociedad quiere mantener los estándares actuales de bienestar, combinando el respeto al medioambiente con el desarrollo económico. Así, los próximos años serán cruciales para desarrollar un sistema energético que sea sostenible, seguro y económicamente competitivo.

En este contexto, energías como el gas y, más concretamente, los gases renovables como el biopropano, toman un gran protagonismo en el proceso de transformación hacia una economía más descarbonizada. El impacto medioambiental de estos gases es mínimo, lo que contribuye a reducir las emisiones de CO2 y a cumplir con los objetivos establecidos a nivel internacional en el Acuerdo de París.

De hecho, el biopropano es una fuente de energía totalmente renovable que reduce las emisiones de CO2 hasta un 80% en relación al propano convencional. Este biogás está hecho de una mezcla de materiales de origen completamente orgánico, derivado del proceso de producción del biodiésel, lo que constituye un buen ejemplo de economía circular. Asimismo, se suministra con la misma facilidad que el gas propano, puesto que es totalmente compatible con sus instalaciones.

Soluciones energéticas en el entorno rural español

En España existen muchos municipios situados en entornos rurales o semiurbanos que no tienen conexión a la red de gas natural. Este hecho afecta principalmente al desarrollo económico de las empresas y al bienestar de los hogares, que no tienen otra opción que recurrir a suministros más contaminantes y más caros, como el gasóleo, el fuel o la electricidad. En efecto, más del 90% de la población mundial vive en lugares donde no se cumplen los niveles mínimos de calidad del aire y sus consecuencias son evidentes en el medio ambiente y en la salud de las personas.

La transición energética avanza hacia un futuro en el que se priorizarán energías más limpias y la generación renovable, donde fuentes como el biopropano, el propano convencional o el GNL adquieren cada vez mayor protagonismo.

En este sentido, Primagas, distribuidora de gas fuera de la red convencional, ofrece soluciones energéticas más limpias como el gas propano, el gas natural licuado (GNL) y, especialmente, el biopropano. Estas alternativas energéticas son accesibles a partir de una rápida instalación, pueden almacenarse de forma sencilla en depósitos y se adaptan al consumo de cada cliente, sea doméstico o industrial. Comparados con otros suministros tradicionales, el GNL, el gas propano y el biopropano son mucho más respetuosos con el medio ambiente y contribuyen a la lucha contra el cambio climático a nivel global.

Apuesta por energías más limpias

Con el objetivo de contribuir a la transición energética en España, al respeto al medioambiente y al desarrollo económico del mundo rural, Primagas se convirtió en 2020 en la compañía pionera en lanzar en España el biopropano, ofreciendo una alternativa energética limpia y de origen renovable tanto a empresas como a hogares.

Siguiendo la apuesta de Primagas por promover energías eficientes y limpias, desde la compañía también ofrecen gas propano, caracterizado por su alta eficiencia y por ser bajo en carbono, mucho más sostenible y respetuosa con el entorno que otros combustibles convencionales. Una de sus ventajas es que reduce un 20% las emisiones de CO2 en relación al gasóleo, y representa un ahorro de hasta un 40% en la factura energética. El propano tiene un elevado poder calorífico, gracias al cual es posible generar más calor en menos tiempo y con menor gasto de combustible. Además, es un gas muy versátil que tiene más de 1.000 posibles aplicaciones y usos en hogares, hostelería, industria o agricultura, entre otros.

Asimismo, Primagas también suministra GNL, que es gas natural que ha sido procesado para ser transportado de forma líquida para clientes industriales. Se trata de una opción energética ideal para grandes consumos debido a su alta eficiencia y a que su impacto medioambiental es mínimo. De hecho, el GNL emite menos CO2 que otros combustibles fósiles, un 80% menos de monóxido de carbono, y evita completamente la emisión de partículas nocivas en su combustión. Además, representa un importante ahorro económico gracias a su gran poder calorífico.