La mayoría de las mujeres con el tipo más común de cáncer de mama en fase temprana pueden evitar la quimioterapia tras la cirugía. La conclusión la ha alcanzado un ambicioso ensayo clínico cuyos resultados se acaban de presentar en Chicago en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, en sus siglas en inglés) y se han publicado en el New England Journal of Medicine. Y la noticia ha sido recibida con entusiasmo por los especialistas, que auguran un inminente cambio en las prácticas médicas, reduciendo la aplicación de la quimioterapia y evitando así sus debilitantes efectos en casos en que es innecesaria.

Aún así, no ha supuesto una sorpresa: "Hasta ahora ya sabíamos que las pacientes clasificadas como de muy bajo riesgo -puntuaciones menores de 10 en un test estadístico similiar al que ahora se propone en Estados Unidos- no se beneficiaban de recibir quimioterapia, a mayores de terapia hormonal", avanza la oncóloga gallega Isable Lorenzo. "De hecho, en los hospitales del sistema público de salud gallego, ya llevamos casi cinco años usando este tipo de plataformas para ayudar a tomar decisiones sobre quimioterapia en algunas pacientes en las que es difícil decidir", asegura Lorenzo. "En muchas de ellas la prueba, después de hecha, resulta completamente inútil porque la puntuación de riesgo es de tipo " Intermedio", y no sirve de ayuda, así que perdemos el tiempo y a veces la paciencia", lamenta la experta. Se tarda unas cuatro semanas en tramitar todo y recibir el resultado, porque el laboratorio original está en EE UU -vale unos 2800 euros por prueba-.

Aún así, se muestra esperanzada con el trabajo actualmente presentado porque "afina un poco más los resultados, ya que ha probado que con puntuaciones de riesgo más elevadas -de hasta 25 para mujeres mayores de 50 años-, y con puntuaciones de riesgo de 1 a 15 -para mujeres menores de 50 años- y que cumplan el resto de las condiciones (Receptores hormonales positivos, Her 2 negativo y sin ganglios axilares afectados) la decisión de no administrar quimioterapia es una buena decisión con mayor seguridad", añade Isabel Lorenzo.

A todas las pacientes se les sometió a una prueba llamada Oncotype DX, que examina en tejido tumoral extraído durante la cirugía la actividad de 21 genes y precide el riesgo de recurrencia en 10 años, midiéndolo en una escala de 0 a 100. Resultados anteriores ya habían apuntado a que las mujeres con una puntuación de 0 a 10 en esa escala, el 17%, podían saltarse la quimioterapia porque no les beneficiaba. A las de alta puntuación (25 puntos o más, que representaban el 17% de los casos), se les recomendaba pasar por el tratamiento. Pero la pregunta es qué pasaba con las pacientes que estaban en la puntuación media de entre 11 y 25, que son prácticamente el 70% de las afectadas.

Pero en el Congreso ASCO también hubo presencia española: Una terapia que reduce un 30% el riesgo de empeoramiento en cáncer de mama hormonal avanzado -utilizada en combinación con el tratamiento hormonal fulvestrant- ha demostrado frenar durante más tiempo el crecimiento del tumor.

Y uno de los responsables es el oncólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Javier Cortés, que valoró su importancia. "El estudio Sandpiper ha probado con éxito la eficacia de bloquear la proteína PI3K; el fármaco permite optimizar el tratamiento de la hormonoterapia y mejorar el control de la enfermedad en un 30 por ciento", indicó.

Isabel Lorenzo - Oncóloga

"En hospitales públicos gallegos usamos estos sistemas desde hace 5 años"

Javier Cortés - Oncólogo

"Una terapia reduce un 30% el riesgo de empeorar el cáncer hormonal avanzado"