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Amelia Valcárcel: "El vídeo de Cifuentes es un ejemplo de gansterismo que nos humilla a todos"

"Me escandaliza que Iglesias y Montero promuevan una especie de referéndum no sobre lo que han hecho, sino sobre ellos y su liderazgo"

Amelia Valcárcel.

"Ensayos sobre el bien y el mal" es el último libro de la filósofa Amelia Valcárcel. Una obra lúcida y profunda con un poderoso sentido de la indagación, y que se ajusta como un guante a la actualidad.

- Cita usted a De Gaulle, quien decía que el poder es distancia, secreto y sorpresa. ¿Se podría incluir a Trump?

-Evidentemente, no ha avisado de que iba a romper con Irán, luego el efecto sorpresa se da, y secreto también ha habido. Y en cuanto a distancia, la democracia es muy peculiar porque hace que quien tiene poder finja que no lo tiene. Es decir, la presentación del poder a veces se hace de manera que no nos parezca obsceno. Lo cual es más bien estética.

-"Hoy vence quien se blinda emotivamente", leo. ¿Así se mueven las redes sociales?

-Las redes sociales están provocando una sobreexposición enorme, y no todo el mundo aguanta la misma cantidad de ella. Sobre todo personas muy jóvenes, porque en las redes se dejan rastros y les tienes que contar que están corriendo un peligro del que no sé si son conscientes. Creo que las redes sociales son buenas aunque lo más fácil sea decir lo contrario. Internet es extraordinaria. Encontrar un dato antes podía llevarme tres meses, y ahora un minuto porque sé dónde lo puedo buscar. Las redes no evitan la mala acumulación. El famoseo, por ejemplo. ¿Antes no había famoseo? Sí. ¿Estaba tan significado en redes como ahora? No pero tenía otros canales. Ocurre lo mismo con los linchamientos digitales o también con el seguidismo que atrofia la voluntad. Las redes no van a cambiar el metal del que estamos hechos.

-¿Filtrar el vídeo de Cristina Cifuentes es un ejemplo de obscenidad?

-Es algo atroz. Es un claro ejemplo de gansterismo. Humilla a la calidad democrática del conjunto. Nos humilla a todos. Cuando alguien ha hecho cosas suficientes como para tener que abandonar la vida pública pero se niega a ello, y entonces alguien saca algo que realmente es obsceno para que acabe de hacerlo, en realidad no le está dando la puntilla solo a esa persona, está comportándose muy mal con el sistema en su conjunto porque todos tenemos una impresión muy amarga cuando eso ocurre, con independencia de la idea que tuviéramos de esa persona, que debió dimitir antes. Ahora es una humillación colectiva.

-Afirma que la violencia humana ya no es adaptativa, que hay necesidad de debate y diálogo a nivel internacional.

-El diálogo y el debate son recursos que usamos desde hace relativamente poco como recursos principales. Todas las sociedades estatales hablan hasta un determinado límite o frontera y luego hacen eso que es dejar hablar a las armas. El recurso a la violencia nunca lo hemos abandonado pero nuestra manera de ser violentos está cambiando. La guerra, por ejemplo. Nadie sería capaz de montar una I Guerra Mundial. No funcionaría. Nos faltan muchos de los argumentos y escalones que la hicieron posible. Para empezar, los varones llamados a filas dudo que fueran.

-Cataluña no es un buen ejemplo de diálogo...

-Tiene que resolverlo la sociedad que lo padece y los demás poner las vías para que, de nuevo, el Estado no sea humillado.

-"Todo lo que vaya desnudo no nos gusta". Sobre todo a Facebook...

-Me refiero sobre todo a lo que aparece sin las veladuras que lo hacen social e individualmente aceptable. Facebook muestra un puritanismo que se puede entender, hay cosas en las que se debe ser puritano. Si estuviera lleno de gente que encuentra extraordinario enseñarse en cueros, sería un lugar bastante desagradable. Pero si un grupo de nudistas quieren tener su propia página está en su derecho. Hay muchas cosas que no mostramos. O la convivencia sería imposible. Ocultar cosas puede ser hipocresía o sentido común. Lo importante es saber analizar, no dejarnos llevar por el tópico. La sabiduría está en la modulación buena de los matices.

-¿El poder está cargado de tentaciones?

-Y esclavitudes. Hay gente que cree que tener poder es fácil, igual que cree que ser guapo o ser rico es fácil. Cada una esas cosas lleva aparejadas servidumbres con las que la gente corriente no lidia. Los ricos tienen que pasarse el día luchando para ser más ricos o conservar su fortuna, y exige un gran trabajo. Ir de guapo es trabajosísimo. Y hay quien usa el poder para el abuso. Es terrible. Cualquier poder puede ser mal usado, por eso es tan necesario que las democracias sean sistemas abiertos, porque al final se sabe todo, o casi todo.

-La sentencia de "la Manada..."

-Ha promovido un escándalo evidente. Y aunque se la razone jurídicamente, sigue siendo escandalosa incluso para personas que son juristas. Lo que exige es entrar en profundidad en la reforma de la ley, y tipificar mucho mejor ese delito. Recuerdo que por el Consejo de Estado pasó la última reforma del Código Penal, yo dije que se hablaba mucho del cómo, y que el consentimiento no quedaba tan refrendado como debiera. El sentido moral compartido es el que debe formar nuestras leyes.

-¿La corrupción es asunto de pícaros como los que usted perfila en el libro?

-El problema es que en España tenemos cierta simpatía por el pícaro. Sé de dónde la hemos heredado: de la cultura de la honra. Una simpatía que no despertaría en las orillas del Rin.

-¿Pablo Iglesias "ha perdido pie", usando una expresión que aparece en su libro?

-Es lamentable promover una especie de referéndum, no sobre lo que han hecho sino sobre ellos mismos. No dicen que vayan a dejar de comprar el chalet, solo preguntan si se está de acuerdo con lo que han hecho, o sea, con ellos. No están sometiendo la decisión a las bases sino su liderazgo. Me escandaliza.

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