La Iglesia Católica siempre ha considerado la eutanasia como un "mal moral y un atentado a la dignidad de la persona, que "nadie es dueño absoluto de su vida" y que "no existe un derecho a disponer arbitrariamente de la propia vida".

Los obispos españoles lo recalcaron ayer después de que el Congreso de los Diputados aprobase hace unos días -con los votos en contra de PP y UPN y la abstención de Ciudadanos- la admisión a trámite de la proposición de ley del Parlamento de Cataluña, que pide una reforma del Código Penal para despenalizar la eutanasia y la ayuda al suicidio. Esta propuesta pide exonerar de responsabilidad penal a quien ayude a morir a una persona con una enfermedad terminal o incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico grave.

En un comunicado emitido ayer, la Conferencia Episcopal Española reitera que "el Estado tiene la obligación de proteger la vida de todos los ciudadanos".