Más allá de la fiebre y el dolor de huesos. Los investigadores están descubriendo cómo el virus de la gripe tiene un impacto mucho mayor en el organismo del que hasta ahora se pensaba y por tanto de la importancia de la vacunarse frente a esta enfermedad que cada invierno nos visita. En este sentido, investigadores de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) han demostrado cómo la vacuna de la gripe previene de infartos de miocardio y de ictus asociados a la gripe.

La clave está en saber cómo actúa el virus de esta enfermedad infecciosa en el organismo. "Lo grave de la gripe es que el virus no ataca directamente al organismo, sino que es tan agresivo que desencadena los sistemas inflamatorios de todo el cuerpo, lo que está relacionado con la aparición de infartos e ictus" explica Javier Díez, jefe del Área de Investigación en Vacunas de la Fundación Fisabio y responsable del trabajo, junto a Joan Puig.

Siguiendo una metodología de estudio epidemiológico, la investigación se centró en estudiar a 150 pacientes que llegaban a Urgencias de seis hospitales valencianos entre septiembre y abril. El objetivo de los investigadores, según Díez, "era medir la protección que ofrecía la vacuna de la gripe frente a los infartos y los ictus". Las conclusiones fueron claras. Aquellas personas que se habían vacunado frente a la enfermedad tenían menos infartos y accidentes cerebrovasculares durante la época en la que circula el virus de la gripe. En números, el estudio concluyó que por cada 1.073 personas mayores de 65 años vacunadas frente a la gripe se evita un infarto de miocardio; por cada 639, un ictus.

Los resultados coinciden con otro estudio dado a conocer este invierno por la Universidad de Toronto, en Canadá, que demuestra que las posibilidades de sufrir un infarto se multiplican por seis en los siete días siguientes a la confirmación de infección. El riesgo puede incrementarse para los adultos mayores, los pacientes con infecciones por la gripe B y aquellos que ya han sufrido un primer ataque cardíaco. Los investigadores también encontraron un riesgo elevado, aunque no tan alto como para la gripe, con la infección de otros virus respiratorios.

El responsable del servicio de Cardiología del Hospital de Sant Joan, Vicente Bertomeu, explica por qué el virus de la gripe es capaz de provocar un infarto. "En las arterias se depositan placas de colesterol. La inflamación que se desencadena como consecuencia de la gripe hace que en un momento determinado estas placas se suelten y acaben obstruyendo la arteria" , explica. Un proceso similar ocurre con los vasos sanguíneos del cerebro, dando lugar a los ictus.

Estos estudios llevan a los expertos a insistir en la recomendación de que los grupos de riesgo se vacunen frente a la gripe. "Ya no se trata de prevenir la enfermedad, sino de protegerse frente a otras dolencias más importantes como el infarto de miocardio o la angina de pecho, especialmente para aquellos pacientes que han sufrido con anterioridad estas dolencias" explica Bertomeu.

Según el Ministerio de Sanidad, hasta mediados de marzo se habían registrado 791 fallecimientos por el virus en España, un 87 por ciento más que en toda la temporada anterior y casi el triple de las que causó la pandemia de 2009.

El 84 por ciento de afectados eran mayores de 64 años, con una mediana de edad de 82 años, y el 98 por ciento presentaban factores de riesgo de complicaciones. El 53 por ciento de los casos desarrolló una neumonía y de los 680 casos pertenecientes a grupos en los que está recomendada la vacunación, el 50 por ciento no habían sido vacunados.

Los grupos de riesgo son las personas mayores de 60 años, los enfermos crónicos cardiovasculares o respiratorios, enfermos renales, inmunodeprimidos, diabéticos o con obesidad mórbida. Asimismo, se incluyen mujeres embarazadas, trabajadores sociosanitarios, personas que cuidan a otros que pertenecen a algún grupo de riesgo, niños/as y adolescentes, de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetil salicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye. Además, se recomienda la vacunación a personas que trabajan en servicios públicos, como policías o sanitarios.

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