La muerte le sobrevino demasiado pronto. Su fallecimiento el pasado viernes en su casa de Coruxo, en Vigo, dejó un poco más huérfana a la cultura gallega y un gran vacío en su familia y amigos, que ayer aún intentaban asimilar su repentina muerte. Berta Álvarez Cáccamo, Premio da Cultura Galega 2017 en el apartado de plástica, pintó su último óleo, este fundido en negro.

Sus primos Carlota Álvarez Basso, directora con la que echó a andar el Museo Contemporáneo de Vigo (MARCO) y hasta hace unos meses directora de Matadero Madrid; y Darío Álvarez Basso, artista abstracto como ella, compartieron muchas tardes de "Monopoli" y carreras por la playa en Coruxo siendo niños, que ya de adultos, se convirtieron en veladas de arte, viajes y confidencias. Así lo recordaron ayer Carlota y Darío mientras se preparaban para venir a Vigo, donde hoy darán su último adiós a su prima y amiga, a "Berticulix", como la llamaba cariñosamente Carlota en honor a las aventuras de Astérix.

"Berta estaba muy unida a mí y a mis hermanos porque tenía nuestra edad y pasábamos todos los veranos y también parte del invierno juntos, en Coruxo. Y luego de adultas, al trabajar ambas en el ámbito de las artes plásticas, fue mi cómplice en los viajes para ver exposiciones", recordaba Carlota Álvarez Basso (Vigo, 1964) mientras esperaba para embarcar en el aeropuerto de Barajas.

El primer viaje que hizo a París, en 1983, fue para visitar a su prima Carlota, que en esos momentos estudiaba en la Universidad de Nanterre. De aquella época guarda la exdirectora del MARCO un retrato que le hizo Cáccamo y que tituló "Charlotte des moulins", en referencia al Moulin Rouge, cerca del cual se encontraba el piso donde vivía Carlota.

A París regresaría unos años después con una beca. Allí coincidiría con Antón Lamazares y con su primo Darío Álvarez Basso (Vigo, 1966), que se encontraba también en la capital francesa con una beca. Durante dos años compartieron casa, estudio, pinturas, telas y aventuras. "Se convirtió en una gran compañera como artista y sobre todo en mi mejor amiga. Una noche tomamos la barra de la sala Bataclan [la sala que sufrió el atentado islamista de noviembre de 2015] y nos pusimos a servir copas de broma", recordaba el pintor vigués, aún en "shock" por la noticia de la muerte de su prima, que le sorprendió en Oporto.

"Berta y yo nos iniciamos en la pintura casi a la par. Además, había una proximidad estética muy fuerte. Los dos comenzamos a hacer pintura abstracta en los 80, cuando estaba entonces muy de moda el arte figurativo. Para mí era la mejor pintora abstracta de España. Las bases de su obra se pueden encontrar ya en sus primeros bocetos en Coruxo con 16-17 años. De hecho, ya me influyó su obra", afirma.

Pero la relación de Cáccamo con los pinceles se remonta a mucho tiempo atrás. "Yo siempre la recuerdo pintando: ladrillos, piedras, palos, en la arena de la playa. Era una persona muy divertida y muy creativa en todo momento", recuerda su prima Carlota, con quien además de los juegos de infancia y los viajes artísticos de juventud también compartió la misma enfermedad. "Yo superé un cáncer de mama hace dos años y durante todo el proceso, Berta estuvo muy pendiente, como yo lo estaba ahora de ella. Le daba consejos y ánimos. Ha sido un palo muy grande", se lamenta.

Carlota Álvarez Basso - Primera directora del marco

"Compartimos infancia y después, de adultas, fue mi cómpice en los viajes para ver exposiciones"

Darío Álvarez Basso - Artista

"Comenzamos a pintar prácticamente al mismo tiempo, y su obra siempre me influyó"