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Soledad Murillo: "Hay un gran desconocimiento en la judicatura en el tema del abuso"

"En los colegios y los institutos debería hablarse no tanto de cómo evitar un embarazo no deseado, como del asunto del consentimiento"

Soledad Murillo. // Fernando Rguez.

-¿Qué prevalece más en España, el patriarcado o el matriarcado?

-Si entendemos que el patriarcado es una ideología, una forma de pensar que privilegia el papel de los hombres frente al de las mujeres, es evidente que funciona más el patriarcado, aunque es cierto que las mujeres pueden tener mayor poder de influencia en el ámbito doméstico, pero no genera independencia y tampoco te da prestigio, todo lo contrario. Predomina el patriarcado, solo tenemos que ver que la toma de decisiones en las instituciones que tienen que ver con nuestra vida está mayoritariamente en manos de hombres.

-¿El patriarcado tiene adscripción ideológica, es decir, es más de derechas que de izquierdas?

-No, creo que sería injusto hablar de personas de izquierdas o de derechas. Es cierto que hay valores de izquierdas que son progresistas, por ejemplo en el asunto del bienestar social y de preocuparse por las personas que tienen dificultades y son más vulnerables, pero puede haber personas de izquierdas que no tengan una ideología tan de izquierdas en ese sentido de igualdad entre hombres y mujeres y personas de derechas que lo tengan más asumido. Otra cosa son las políticas públicas y, en ese sentido, se debe reconocer que las instituciones públicas que tienen una ideología más de izquierdas se ocupan más de las personas más vulnerables y de una exigencia de trabajar la igualdad de una manera más solvente.

-¿Hay madres que fomentan el machismo en sus hijos varones?

-Lo que ocurre es que las madres están dedicadas, fundamentalmente, a la socialización, de enseñarles a vivir en el mundo que tenemos. Educa también mucho la ausencia, es decir, ese padre que aparece al final del día y que es el principal proveedor de rentas tiene un enorme poder, y eso educa muchísimo. Hay muchas chicas que hoy son lo que son debido a que sus madres y abuelas les han dicho que no se parezcan a ellas, que no se vean ligadas a una dependencia económica y que aborden su futuro con entusiasmo y adquieran una profesión para que puedan ser independientes.

-¿Hubo un retroceso en la visión de la sociedad española con respecto a la igualdad desde los años noventa a los actuales?

-No, la sociedad civil, es decir, las familias, los barrios, las comunidades, son muy avanzadas. No se ha retrocedido, otra cosa es que pensemos que se podía avanzar más rápido.

-¿Qué falla, la socialización en la familia o en la escuela?

-La familia tiene situaciones que se le escapan. Los chavales tienen un acceso muy importante a las redes sociales. Es evidente que los chicos tienen una fascinación por la violencia, también hay chicas, pero en menor grado, y la forma de educarse en su sexualidad es a través de la pornografía. Esto es grave y en los colegios y en los institutos debería hablarse no tanto de cómo evitar un embarazo no deseado, que es importante, como del asunto del consentimiento, el tema del placer.

-Entramos de lleno en la ya famosa sentencia de "La Manada". ¿Falla la actual legislación?

-Exactamente. Recuerdo que estando en tercer curso de Sociología ya se estaba hablando por parte de mujeres abogadas de sentencias donde se decían cosas tan terribles como que no se podía violar en un coche pequeño, que ella estaba en el lugar inadecuado con la falda inadecuada... Lo que pasa que la judicatura no tomó medidas, es como si el Código Penal se hubiera quedado atrasado. Hay un gran desconocimiento en el tema del abuso, a pesar de que hay técnicos que podrían informar a la judicatura para hacerla más competente, no lo que es ahora, una muestra de debilidad en cualificación y, sobre todo, de garantías, ya que al Derecho acudes cuando tienes un problema que requiere una intermediación judicial, pero si contrariamente te victimiza, es evidente que dejas de confiar en la Justicia. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas es uno de los problemas que más preocupan a la sociedad y eso debería preocupar a los jueces y, por supuesto, al Consejo General del Poder Judicial, y no hacer piña corporativa e ir contra el ministro Catalá.

-Todas las asociaciones de jueces se unieron en la defensa del magistrado del voto particular en la sentencia de "La Manada".

-Los primeros colegios profesionales en nuestro país fueron los de médicos y abogados, lo que implica tener una tradición de una elite de sujetos muy cualificados y con una enorme intervención en la vida pública. Que se hayan unido a favor de un juez no indica más que corporativismo, pero deberían pensar que tuvieron dos años para plantearse consultar a psicólogos, una persona que está inmovilizada no es consentimiento. Hubiera sido muy satisfactorio para todos el hecho de que se hubieran unido precisamente para decir: vamos a coordinarnos, vamos a traer más peritos de otras ramas que nos puedan hacer observaciones. Pero se tocó a un juez y para que a mí no me toque nadie tenemos que estar todos juntos.

-¿Habrá un antes y un después?

-Creo que sí y tengo que felicitar al ministro Catalá por decir que van a modificar el Código Penal.

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