El veto a la ley que permitía cambiar de sexo en el registro civil a partir de los 16 años sin informe médico es el noveno que realiza en dos años el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa. Con un elevado índice de aprobación popular, Rebelo de Sousa, de 69 años y católico confeso, comenzó a utilizar esta prerrogativa reservada a los jefes de Estado lusos apenas tres meses después de asumir el cargo en marzo en 2016.

Su primer veto tuvo impacto en una medida de interés social, la ley de gestación de sustitución o vientres de alquiler, que frenó para que fuese "mejorada".