Según la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), más de la mitad de los españoles están predispuestos genéticamente a padecer celiaquía, aunque solo uno de cada 200 desarrolla intolerancia al gluten, la proteína fundamental que se encuentra en las harinas de los cereales más comunes, como el trigo, el centeno, la avena y la cebada. La intolerancia al gluten provoca una reacción del intestino, que se ve lesionado y se traduce en forma de molestias o síntomas, siendo los más comunes vómitos, náuseas, hinchazón y dolor de abdomen, diarrea, astenia, pérdida de peso y anemia. No tiene tratamiento farmacológico; su única medicina es una dieta sin gluten.
Sin embargo, y con motivo del Día Internacional del Celíaco, que se conmemora hoy, esta sociedad científica insiste en que suprimir esta proteína de la dieta sin haber recibido un diagnóstico de celiaquía por parte de un especialista es un error por un doble motivo: porque puede causar efectos secundarios en el organismo de las personas sanas y porque puede contribuir a que haya más casos de celiaquía de difícil diagnóstico.
La Asociación de Celíacos de Galicia (ACEGA) comparte la opinión de los especialistas. "Ahora está de moda no consumir gluten, pero esto frivoliza la enfermedad y además no es bueno para la salud. El gluten aporta una textura y un sabor determinados y al quitárselo, hay que añadir azúcares y grasas para que el producto siga siendo atractivo, por lo que hay que tener cuidado de no desarrollar problemas como el colesterol", explica Pilar Vence, vocal de Acega en Pontevedra y madre de una niña de 12 años diagnosticada de celiaquía desde los cuatro años.
Eliminar el gluten de la dieta tampoco beneficia precisamente al bolsillo. Una de las reivindicaciones de los celíacos y sus familias es que se aplique el IVA reducido a los productos específicos para celíacos, ya que la cesta de la compra para una familia con un celíaco supone 1.028 euros más que cualquier otra familia, según la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE). Solo por poner un ejemplo, un celíaco paga un 500% más por alimentos tan básicos como el pan. "La comida es nuestra única medicina. Sin embargo, somos los únicos enfermos a quienes no se le subvenciona el tratamiento", afirma Pilar Veiga, delegada de Acega en Pontevedra.
Tampoco salir a comer fuera resulta sencillo, ya que la mera contaminación de un producto con gluten provoca reacciones adversas en el celíaco. "Ofrecer platos para celiacos no es complicado para el restaurante, que tiene que tener en cuenta que el celíaco siempre va a comer con alguien", afirma Vence.
Pilar Vence - Delegada de ACEGA
"La comida es nuestra medicina, pero somos los únicos enfermos no subvencionados"
