Dice Nobuhiro Suwa que su labor "se parece mucho a la de un escultor", que trabajan con materiales que se expresan y que no se pueden controlar del todo. En sus películas "todos participan", él "también", y de esa interacción salen obras como "El león duerme esta noche", que ha contado con la complicidad de un clásico, Jean-Pierre Léaud. Los gallegos de NUMAX Distribución acaban de estrenarla en 16 salas del país y el propio Suwa estuvo el fin de semana en Santiago para hablar de su producción y su rol como "facilitador".
- Apenas media docena de títulos en 20 años. No se prodiga...
-El rodaje es rápido pero antes hay mucha labor de fermentación, Hay que meditar mucho.
-Hoy en día hay más producción que nunca. ¿Qué criterios utiliza usted para ver una película?
-No veo muchas películas y las que veo son por mi trabajo, películas de mis alumnos. Me interesan mucho lo que hacen los directores jóvenes, japoneses y de otros sitios. En ellos hallo muchas cosas que me sorprenden y eso me gusta.
-En sus películas pasan muchas situaciones importantes tras una pared, una puerta...
-Dentro de una película hay cosas que se ven y otras que no, pero forman parte de ella. Si ves un cuadro o un póster no piensas que fuera hay otro mundo, pero en una película es fácil imaginar que hay cosas más allá de lo que ves y es importante que haya escenas que alienten la imaginación hacia lo que no se ve.
-¿Cómo es el Suwa director?
-La mayoría de directores conocidos, como Akira Kurosawa y otros occidentales, suelen tener en su cabeza una imagen muy concreta y completa de la película que quieren hacer, que están haciendo, y yo no soy así. Quiero ser un cero, nada, y que las cosas surjan. Bueno, tengo que escoger un buen equipo, buenos actores, pero quiero, antes, durante y después, estar al margen observando lo que salga de ahí. No tengo toda la película en mi cabeza. Pasa con los pintores. Los clásicos tienen una imagen muy clara de lo que quieren pintar y solo tienen que hacerlo, pero hoy en día algunos quizás no tengan las ideas tan claras y de ahí puede salir algo interesante también. Una imagen típica de los grandes directores es sentados con el megáfono mandando pero hoy en día muchos directores o pintores o artistas son solo catalizadores o intermediadores de algo. No lo quieren controlar todo, dejan que fluya.
-A usted le gusta improvisar...
-Tengo que preparar un equipo, actores, todo... Retomo lo que dije: cero significa nada, pero si no existe, tampoco existen el 1, el 2 y el 3 después. El cero lo tengo que poner yo, el ambiente, la parte logística, y después ya habrá 1, 2, 3... Una de las cosas que me encantan de hacer películas es que se suele precisar un equipo con bastante o mucha gente. Y me gusta estar en este ambiente y que de ahí salga algo que después se convierte en una película.
-Suele centrarse en parejas en crisis. ¿Por qué?
--Un ser humano no puede vivir solo, es casi imposible. ¿Y hay algo más interesante que hacer una historia de relaciones humanas? Los miembros de una pareja creen conocerse muy bien, pero quizás no.
-En "El león duerme esta noche" aparece la muerte, pero traslada un mensaje vitalista...
-Cuando rodaba con Jean-Pierre hablamos de qué tipo de película queríamos crear. Recuerdo que dijo que la vida es maravillosa, que vale la pena vivir, y estoy de acuerdo. Ambos pasamos por etapas, a veces difíciles y estamos en una edad en la que la muerte está más cerca que cuando éramos jóvenes. Pero no quiero tratar la muerte de forma patética, sino de un modo más alegre. Eso no hacía falta cuando éramos jóvenes y la muerte estaba lejos. Quizás la muerte importe para pensar en la vida de forma más positiva.
-También esta vez ha trabajado con niños. ¿Cómo le influyen?
--Creo que me han influido su dinamismo y su libertad. En mi película aparece un fantasma y un león, que no son cosas normales, y seguramente tengan relación.
-¿Hará más películas en Francia o buscará filmar en Japón?
--Ahora estoy jugando, digamos, en la liga francesa. Aunque quiera volver a Japón, necesito que me llame un equipo japonés. En el mundo del cine no hay nacionalidad: somos libres para hacer películas donde nos convoquen.
