Médicos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins anunciaron esta semana que llevaron a cabo el primer trasplante mundial de pene y escroto a un soldado estadounidense herido prestando servicio en Afganistán.

La intervención, que se extendió durante 14 horas, fue realizada el 26 de marzo por un equipo de nueve cirujanos plásticos y dos cirujanos urólogos, comunicó la prestigiosa universidad con sede en Baltimore, en el estado de Maryland.

"Confiamos en que el trasplante le permita a este joven recuperar las funciones miccionales y sexuales casi en su totalidad", dijo W.P. Andrew Lee, profesor y director de cirugía plástica y reconstructiva de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins.

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El paciente fue herido hace varios años de forma muy severa por la detonación de un artefacto explosivo artesanal en Afganistan, explicó Lee. El pene entero, el escroto sin testículos y parte de la pared abdominal proceden de un donante fallecido.

El receptor solicitó el anonimato, pero publicó una breve declaración en la que asegura que se ha levantado, está caminando y espera salir del hospital esta semana. "Es una herida realmente muy dolorosa de sufrir, una herida que no es fácil de aceptar", afirmó. "Cuando me desperté por primera vez, finalmente me sentí más normal", aseguró.

El hombre perdió los testículos en la explosión y estos no fueron restaurados como parte del trasplante. "Los testículos no fueron trasplantados porque decidimos desde el inicio del tratamiento no trasplantar tejido germinal, es decir que no se trasplanta tejido que genera esperma porque esto aumentaría la cantidad de cuestionamientos éticos", dijo Damon Cooney, uno de los cirujanos que formó parte del equipo.

"En particular, la capacidad del receptor del trasplante para tener hijos resultaría de material genético que sería transmitido del donante del tejido trasplantado a la descendencia del hijo", añadió Cooney, "y nosotros simplemente sentimos que con eso había demasiadas preguntas éticas sin responder".

Los doctores avanzaron que están esperanzados en que el paciente pueda orinar con su pene en las próximas semanas, y que eventualmente recupere la sensibilidad suficiente para lograr una erección.

La explosión no alcanzó la glándula prostática del paciente, pero como perdió los testículos no podrá eyacular. El alcance de su función sexual no se podrá conocer hasta antes de seis meses, señalaron los médicos.

Operaciones previas habían conseguido con éxito trasplantar solo un pene, por lo que agregar el escroto representa un avance para los cirujanos.