"Lo primero que preguntó mi madre al salir del campo de concentración de Ravensbrück fue si seguía Franco. Ella siempre creyó que los Aliados liberarían España", reveló ayer el hijo de la deportada Mercedes Núñez Targa, Pablo Iglesias Núñez -promotor de Amical Ravensbrück Galicia y jubilado del sector industrial- que, aunque suele mantenerse en un discreto segundo plano, ayer puso voz en el Club FARO a las palabras de su madre, a quien se dedicó una calle en Vigo en 2009. Pablo es el baluarte de una historia poco estudiada en los colegios y cuya realidad podría superar la ficción de una novela. También, lamentó aquel mes que las catorce liberadas de Ravensbrück pasaron en un sanatorio psiquiátrico a la espera de que alguien se ocupase de ellas. Ni los médicos del ejército quisieron intervenir, solo pendientes de "objetivos militares", al encontrarse con aquellas "mujeres moribundas". Núñez sería luego condecorada con las más altas distinciones del gobierno galo.

Los hechos biográficos que basan "El valor de la memoria. De la cárcel de Ventas al campo de Ravensbrück", de Mercedes Túñez, fueron la materia prima de una conversación con la memorialista e investigadora histórica María Torres Celada. Presidía la mesa uno de los pocos legados del terror del campo de concentración: el triángulo rojo con la seña "S", de España, signo de identificación de las presas. La charla estuvo apoyada en fotografías y documentos gráficos, incluso recortes de prensa que daban fé de los hechos.

El relato testimonial que Mercedes Núñez Targa (Barcelona, 1911-Vigo, 1986) ofrece en las páginas de demuestra que no sólo es posible mantener la dignidad ante las atrocidades de la guerra, sino que es la única fuerza capaz de hacer sobrellevar y sobrevivir a tales situaciones. En el relato de los horrores inimaginables (por mucho que creamos conocerlos a través del cine, la literatura o las artes) por los que pasaron Mercedes Núñez Targa y otras muchas mujeres, como prisionera de los nazis especialmente pero también en la cárcel de Ventas tras la derrota del bando republicano, es sobrecogedor. "Destaco su entereza ante la vida y su optimismo. Siempre pensó que todo por lo que había pasado valía la pena", destacó ayer su hijo

Núñez Targa, hija de padre gallego -un joyero de Bergondo- que emigró a Barcelona y madre catalana de familia industrial, nació en Barcelona en 1911, y murió en Vigo en 1986.

En Barcelona, a los 16 años, ya trabajaba como secretaria del poeta Pablo Neruda, en aquel entonces cónsul de Chile en la ciudad condal. Un hecho en el que, sin embargo, Mercedes Túñez minimizó ante su familia, según reconoce Pablo Iglesias. . Su decisión de trabajar sentó muy mal en el seno de una familia adinerada.

Integrante del PSUC, la hoy diríamos 'activista' fue detenida en el 39 por la policía franquista en A Coruña en la calle Real, pasando por las cárceles de Betanzos, A Coruña y Las Ventas. Fue condenada a 12 años y un día por auxilio a la rebelión militar. Los horribles capítulos vividos en la prisión madrileña también fueron la diana de los recuerdos de su hijo. "Era un almacén de reclusas; llegaron a estar 5.000 en una prisión pensada para medio millar. Desde allí oían los tiros de gracia a los fusilados y contaban cuántos habían fallecido...", relató Iglesias. También, que Mercedes Núñez perdió allí la fé, "al ver cómo las 'Sirvientas del Buen Pastor trataban a las reclusas y sus hijos". Tras ser puesta en libertad condicional por un error administrativo, intentó cruzar la frontera a Francia. Mercedes es excarcelada el 21 de enero de 1942. A partir de ese momento, comienza una vorágine: primero huye a Francia con una identidad falsa -"Francisca Colomer, esposa de Puch"-, donde pasa un tiempo en el campo de internamiento de Argelés; después se convierte en parte activa de la Resistencia". Es espía en Carcassonne, como cocinera en un cuartel nazi, según explicó ayer su hijo. De su estadía tanto en Argelés, como en Saarbrücken y Ravensbrück, Núñez Targa dejó unos escritos que, reunidos por su hijo, Pablo Iglesias, tomaron forma de libro.Pero Mercedes Núñez fue detenida por la Gestapo en 1944 -e interrogada- siendo trasladada a Ravensbrück. "Cuando llegamos creí desfallecer; las SS nos esperaban con palos y perros. Aquello parecía el apocalipsis", reprodujo Pablo Iglesias. "Al llegar al campo nos pusieron en cuarentena para determinar cuáles son aptas para trabajar o no..." asegura de uno de los campos más "famosos" del III Reich porque sus "internas" eran exclusivamente mujeres, la mayoría judías. Núñez no solo colaboraba clandestinamente con la Resistencia francesa sino que era comunista.