¿Es compatible levantarse pocas horas después de que se haya bajado el telón de la ópera para correr una maratón? ¿Y subirse luego a un tractor o regar el cereal en el campo? En los círculos operísticos ya se le conoce como "agrotenor". Pero además de su actividad agrícola, que compagina con el oficio -y talento- de su voz, corre maratón... y ha sido mando del Ejército. Se llama José Manuel Montero Valdeolivas. Y los porqués de este extraño título y su polifacética trayectoria profesional, parecen sacados de una novela.

El tenor José Manuel Montero acaba de interpretar el rol del amante Egisto en la ópera "Electra" con La Real Filharmonía de Galicia en el Auditorio de Galicia y bajo la batuta del director titular y artístico de la agrupación, el maestro Paul Daniel. Era ya la octava vez que Montero visitaba Galicia desde inicios de 2000 y entre otras citas actuó en el Teatro Afundación de Vigo, con una producción de Lucrecia Borgia y también en el papel de Eric en "El holandés errante", de Wagner, y a donde -asegura- le encantará volver pronto.

Pero detrás de la vida de Montero, el primer tenor español que actuó en un teatro alemán como Mime en el Sigfrido de Wagner, se esconden curiosidades que probablemente desconociese gran parte del auditorio gallego. "Me ayuda mi metabolismo, porque duermo poco", asegura en un guiño el cantante lírico. "Soy un alma inquieta y una mente curiosa", reconoce. Y nada contracorriente a la "hiperespecialización" a la que obliga el mundo hoy el día. Por contra, el "agrotenor" abre frentes.

Recapitulando hasta su juventud. Montero fue suboficial desde los 19 a los 26 años y, como él dice, combinaba la guerra electrónica con la Escuela Superior de Canto de Madrid. De hecho, operó en telecomunicaciones durante la Guerra del Golfo. También estudiaba en la Universidad. "Estaba con los amigos de viaje por Europa y, en Múnich en la cafetería de la ópera, nos pusimos a cantar -por si alguien se estiraba y nos pagaba la comida; era nuestro modus vivendi- y me escuchó de forma casual el director de la Escuela de Ópera", relata. "Habló conmigo y me preguntó que si tenía formación, que le había gustado mi voz para una producción de "Cosí fan tutte". Yo había estudiado música porque me gustaba. Él buscaba una voz como la mía e hice la audición al día siguiente. Y así empezó todo. Me propuso una beca de perfeccionamiento en Múnich". José Manuel Montero era militar, pero "necesitaba seis meses para la producción. "Pedí cuatro meses de excedencia que me daban por Ley, otro de vacaciones... pero necesitaba un mes más que me hicieron mis compañeros del Ejército. Lo digo siempre como homenaje y orgullo. Me dijeron, tu vete tranquilo que nosotros hacemos tu mes, con el teniente coronel del Regimiento diciéndome: "Tú tira, Montero". Sin ellos hoy no sería tenor", reconoce. También asegura el cantante lírico que los amigos han marcado muchas cuestiones de su vida. Esa decisión marcó la siguiente década de su vida.

Montero, manchego de nacimiento y que se autodefine como sencillo, además de dominar el alemán, ha cantado mucho en ruso. Cantante de extenso repertorio en papeles dramáticos, reproducir parte del currículo (colgado en su web) llevaría gran parte de esta página. Como intérprete, asegura a FARO que su papel preferido ha sido el de "Rodolfo", en La bohème de Puccini.

Pero es el campo y las labores agrícolas a las que se dedica -en su Facebook se puede ver con olivas de cosecha propia- la que le "reconcilia con la vida". La misma soledad que le granjean los kilómetros que corre en solitario. "El mundo del artista es muy cara a la galería y el campo es el lugar en el que volverse hacia uno mismo, sin necesidad de representar un papel", reflexiona. "Además de la satisfacción que te genera el deporte de fondo". Algún colega de la profesión podrá haberlo conocido, además, porque estudió, aunque no terminó por las razones antes expuestas, la carrera de Periodismo en Madrid.