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Un mundo cada vez más interconectado

El Internet de las Cosas permite tener cientos de servicios con un clic, pero también puede poner en riesgo la privacidad - Los informáticos gallegos abogan por su uso responsable

Cámaras web que permiten ver qué sucede en casa mientras sus moradores están ausentes, televisiones inteligentes, pulseras de control deportivo, relojes que además de dar la hora reciben mensajes, miden las constantes vitales y contabilizan los pasos, termostatos inteligentes... Se calcula que más de 8.400 millones de dispositivos de este tipo se conectaron a internet en 2017 en todo el mundo y algunas consultoras como Gartner calculan que en 2020 esta cifra alcanzará los 20.000 millones, sin contar móviles, tabletas ni ordenadores. El Internet de las Cosas es ya una realidad que, como sucede con todo, tiene una doble vertiente, que depende del uso que se haga de ella.

El Internet de las Cosas es, además, algo imparable, ya que la tendencia es a estar cada vez más conectados. Esto supondrá que las empresas tendrán cada vez más datos de usuarios y podrán anticipar sus necesidades y proporcionar servicios que ayuden a la toma de decisiones. La teleasistencia, la telemedicina y la domótica son algunos de los campos en los que las ventajas del Internet de las Cosas es más evidente. Sin embargo, esta cada vez mayor conectividad también puede ser una fuente de ataque a la privacidad y a la seguridad de los ciudadanos.

"El control de variables de la salud a través de una pulsera o una aplicación de móvil, poder programar la calefacción de casa desde la distancia... Todo esto son avances que nos facilitan la vida. El Internet de las Cosas tiene grandes beneficios en el sentido de que te hace la vida más cómoda, aunque también conlleva riesgos en el campo de la privacidad y de la seguridad que el usuario también tiene que tener en cuenta", afirma Fernando Suárez, presidente del Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia (CPEIG).

Por ello, y con motivo del Día Internacional del Internet de las Cosas, celebrado ayer, el CPEI invita a reflexionar a la sociedad gallega sobre los dispositivos y herramientas informáticas que emplea y recomienda el uso "responsable y seguro" de los datos personales que se envían a través de estos dispositivos y de internet. "Tenemos que ser conscientes de que en el momento en que hacemos públicos datos personales en internet perdemos el control sobre ellos y que el derecho al olvido es prácticamente imposible", advierte Suárez.

El CPEIG recomienda utilizar estos dispositivos de forma segura, protegiendo los datos personales y su difusión mediante la lectura y comprensión de las cláusuras de contratación que son aceptadas en la instalación de las aplicaciones en los dispositivos. "Cuando hacemos un contrato económico sí tenemos cuidado con las condiciones, pero con nuestros datos no. Sin embargo, estos tienen muchas veces más valor que el dinero", asevera Suárez, que también incide en la necesidad de proteger los datos personales no wifis compartidas y empleando contraseñas en los dispositivos que impidan el acceso de terceros. "Muchas veces el problema no son tantos los datos como la información que se obtiene de ellos", afirma. Un ejemplo de esto es lo sucedido con una app con GPS para el control de la actividad que expuso la localización de bases secretas de Estados Unidos. "Que yo esté en un sitio ahora no tiene importancia, pero si esto lo uno a un perfil puede que sí. Por eso hay que usar el sentido común"; opina.

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