El arrepentido Manuel Fernández Padín, testigo de cargo de la histórica operación Nécora contra el narcotráfico, ha enviado sendos burofax a Ramón Campos, de la productora gallega Bambú, y al director de contenidos de Antena3, advirtiéndoles a cada uno de ellos que se abstengan de emitir por cualquier medio el contenido de las páginas del libro “Fariña” que, según su versión, contienen un relato falso de los hechos.

Avisa de que se tomarán las medidas legales correspondientes. “Yo colaboré con Bambú, con los guionistas, y Nacho Carretero participó también en la construcción del guion”, comenta Fernández Padín, que revela que el autor del libro le llamó hace unos días. “Me dijo que había grabado mis declaraciones y es mentira, de mi boca no salieron tales afirmaciones”, sostiene. “Mis declaraciones están en la Guardia Civil. Me dijo que estaba dispuesto a corregir el libro.

Con motivo de la Semana Santa, Antena3 no emitió este miércoles día 28 el capítulo correspondiente de “Fariña”, líder en su franja de audiencia, y que en Galicia está superando el 40 por ciento de cuota de pantalla. Fernández Padín, que hace unos días interpuso un acto de conciliación en los juzgados de Madrid, considera que varios pasajes del libro de Nacho Carretero lesionan su honor y buen nombre, y ha optado por enviar escritos a los responsables de la serie. “Son manuscritos míos, de mi puño y letra, advirtiéndoles a cada uno de ellos que se abstengan de emitir por cualquier medio el contenido de esas páginas, en las que Nacho Carretero se equivoca o miente, no sé con qué intención”, explica a FARO el arrepentido. “Les aviso y les pido que no emitan imágenes de ese tipo”.

La historia discurre ahora por 1984, año en que los contrabandistas huyen a Portugal. Fernández Padín teme que la ficción televisiva llegue en los próximos episodios a una relación de hechos que el libro tergiversa, dice, de forma grave. “Se dice que los Lulús participaron en la descarga de los 700 kilos de cocaína de Muxía, y ni sé quiénes son”, señala. “También, que Baltasar Garzón y [el también arrepentido Ricardo] Portabales vinieron a la prisión para sacarme declaraciones y que colaborara con ellos”. Como tercer hecho falso que cuenta el libro señala la supuesta visita que Jorge Argote, abogado del Ministerio del Interior con el Gobierno del PSOE, le hizo a prisión para ofrecerle un cheque en blanco y destruir así la instrucción del juez Baltasar Garzón, apartándole de la investigación de los GAL. “Es mentira, la instrucción de los GAL por parte de Garzón es del 94, y la instrucción de la Nécora es del 90, las fechas no coinciden”, explica.

Manuel Fernández Padín asegura que Baltasar Garzón le quiso “meter en la cárcel” por un enfrentamiento que tuvo con el exjuez. “Le insulté y me denunció su hija María, estuve una semana en arresto domiciliario”, comenta.