De nuevo los fundadores de un supuesto club cannábico de Pontevedra acaban en el banquillo de los acusados. Será el martes, cuando se juzgará en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra a los dos impulsores y a un socio de la llamada "Casa María", una supuesta asociación para "el estudio del cáñamo y sus aplicaciones culturales" (entre otros objetivos), a quienes la Fiscalía de Pontevedra acusa de un delito contra la salud pública por tráfico de estupefacientes y asociación ilícita. Se enfrentan a una pena de cuatro años de prisión en el caso de los dos fundadores (F. J. P. O. y L. A. F. L.) y tres el socio colaborador (R. B. B.).

Según la acusación del fiscal, en junio de 2012 los dos fundadores inscribieron la asociación "Casa María" en el registro de la Xunta y procedieron a suscribir un contrato de arrendamiento de una vivienda en la calle Tristán de Montenegro de Pontevedra como local social. Sin embargo, el fiscal asegura que aquella vivienda se utilizó en realidad, al menos desde marzo de 2013, como secadero de plantas de cannabis que luego vendían a terceras personas a cambio de precio. De hecho, en abril de ese mismo año los dos acusados y el socio que se sienta con ellos en el banquillo alquilaron una vivienda en la localidad de Vilaboa que utilizaban, según el Ministerio Público, para sembrar y hacer crecer las plantas que posteriormente secaban y vendían la sustancia que obtenían en el inmueble de Pontevedra.

Registro

En mayo de 2013, y tras constatar la Policía Nacional al menos cinco operaciones de venta de distintas cantidades de cannabis, se procedió a la entrada y registro del domicilio de Pontevedra en donde se hallaron diez plantas de marihuana secándose y otras 9 en crecimiento con riego, ventilación e iluminación artificial.

Además, se encontraron los estatutos de la asociación y un listado de 129 afiliados. El registro se realizó en presencia de F. J. P. O., quien en un descuido de los agentes llamó a los otros dos acusados para que se deshicieran de las plantas y otros efectos de la casa de Vilaboa.