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Juan Durán: "Hay que poner en valor la música gallega"

"Vivimos malos tiempos para la lírica desde la irrupción del pop, que lo ha ocupado todo"

"Whispers in the Dark" ("Susurros en la oscuridad") es el título de la obra que ha convertido a Juan Durán en el primer gallego que gana el Premio Reina Sofía de Composición Musical. De unos veinte minutos de duración y escrita para gran orquesta, su autor la define esta pieza como "un gran paisaje sonoro", una obra evocadora, "que abre las puertas a la imaginación". Asegura el compositor vigués que la música sinfónica es una carrera de fondo que requiere "mucho tesón, mucha fe en uno mismo y mucha salud".

-¿Cómo vive el compositor del siglo XXI su tiempo?

-Con bastante dificultad, porque los compositores sinfónicos tenemos un cauce limitado, y, además, nuestra música necesita mucho esfuerzo humano, y por tanto económico, para ponerla en funcionamiento y tampoco hay un mercado que la consuma como se consume la música ligera. Hay que tener mucha voluntad, mucho tesón, mucha fe en uno mismo y mucha salud para resistir. Esto es una carrera de fondo. Hay que trabajárselo mucho; no hay otra forma de hacerlo. Yo no creo en la inspiración, sino en el trabajo. Y para componer una obra hace falta muchas horas de banqueta.

-¿En algún momento le han dado ganas de tirar la toalla?

-A mí no, pero conozco a más de un colega que se quedó por el camino porque no fue capaz de soportar la frustración. Y la tolerancia a la frustración en esto del arte tiene que ser muy grande. Haces lo que haces porque realmente te gusta. Luego, si te lo premian, eso ya es un regalo.

-Lo que se dice por amor al arte.

-Exactamente, es que este tipo de frases, como esa de "malos tiempos para la lírica" que decían los de la canción, son muy ciertas.

-¿Lo son? ¿Son malos tiempos para la lírica?

-Bueno, ya han pasado treinta años desde que se escribió esa canción. Vivimos malos tiempos para la lírica desde la irrupción del pop después de la II Guerra Mundial, que está muy bien, pero que lo ha ocupado todo. La música pop, ligera, popular o como se quiera llamar, lleva más de cincuenta años ocupando toda la atención de las distribuidoras, de los programadores, etcétera. Los compositores que venimos de la vieja tradición sinfónica hemos quedado en un reducto bastante limitado.

-Hay voces que dicen que la música clásica es demasiado elitista y que habría que acercarla al público. ¿Comparte esta opinión?

-Sí, aunque muchas veces esperamos que sean los demás los que nos acerquen a la música. Nosotros también tenemos que hacer el esfuerzo de acercarnos a ella. El problema es que la música ocupa tiempo, tiempo físico del reloj. No es como un museo, que puede recorrerse en diez minutos o en días, depende de las ganas que tenga uno de pararse a ver un cuadro. Para escuchar una obra sinfónica hay que estar el tiempo que dure sentado, concentrado para no perderse. La música es un arte que exige un esfuerzo muy grande por parte del receptor. Probablemente la que más.

-¿Falta educación musical?

-La música es lo que a uno le llega, lo que transmite una emoción y provoca una emoción. Cuando esto pasa, es cuando funciona. Sin duda, la música es el arte que tiene un efecto más sensitivo. Un cuadro no te hace llorar ni reír. La música sí. La música no hay que entenderla; hay que disfrutarla, gozarla.

-Usted es el autor de la primera ópera en gallego del siglo XXI, "O arame", con texto de Manuel Lourenzo. ¿Hay algún texto para el que le gustaría componer la música?

-Sin duda, lo que pasa es que la ópera es mucho más difícil de estrenar por su elevado coste. Tal vez sea el espectáculo más caro de producir. Tengo algunos trabajos hechos y otros a medio hacer, y trabajos guardados en el cajón, aunque pocos, porque por suerte voy estrenando.

- ¿Las orquestas incluyen en sus repertorios suficiente música de compositores gallegos actuales?

-Muy poco. Las orquestas, y no solo las de aquí, todas, apuestan a caballo ganador y programan las sinfonías de Beethoven, Mozart, Tchaikovsky... porque saben que con estas van sobre seguro y muy ocasionalmente programan algo actual. Ahí sí que hace falta una actitud de poner en valor la música gallega, la histórica y la actual.

-¿Cuál la situación actual de la creación musical en Galicia?

-Difícil, pero puedo decir que hace treinta años, cuando comencé a escribir mis primeras obras, la cosa estaba muchísimo peor. Hoy tenemos orquestas. El pasado viernes sin ir más lejos estuve en Vigo, donde la Orquesta Sinfónica Vigo 430 tocó una de mis piezas, "Cervantina". Una orquesta magnífica. Y luego están las otras dos, la Sinfónica de Galicia y la Real Filharmonía, tenemos unos músicos excelentes trabajando en las mejores orquestas de mundo, grupos de cámara, multitud de bandas de música, conservatorios... Esto es un ejército de músicos, sin los cuales los compositores no existiríamos. Y todo esto es el resultado de treinta años de progreso importante que ha habido en Galicia en relación con la educación musical. Eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor no es cierto. Hoy hay más oportunidades para estrenar y para desarrollarse como músico, gracias a internet. Es cierto que hay una imposición mediática de determinada música, pero el público no se equivoca y es el que decide qué música se queda. Al final, lo que sobrevive es lo bueno.

-¿Somos conscientes del nivel de los músicos gallegos?

-No. Yo creo que debería haber más cobertura por parte de la televisión y del resto de medios, porque hay un tipo de música que parece que es la única que hay que promocionar y que difundir. No podemos entender por música gallega solo la gaita o un grupo folk, que por supuesto lo son y tienen todo mi respeto. Hay otra música, la que hacían Montes, Chané, Pascual Veiga... creadores de la música gallega, de la que hay que acordarse también.

-¿No nos acordamos?

-Muy poco. La gente sabe que el texto de "Negra sombra" es de Rosalía, pero que la música es de Juan Montes Capón no lo sabe mucha gente.

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