"El periodismo en general, y especialmente el cultural, es más necesario que nunca en momentos donde se genera tanto ruido como en el nuestro". Así defendió ayer el papel del periodismo Francisco Rodríguez Pastoriza (Bueu, 1950), durante la conferencia con la que se reanudó ayer el Club FARO tras el paréntesis de Carnaval. El ponente, docente y colaborador del diario decano, en cuyas páginas escribe crítica cultural desde hace algo más de diez años, lamentó la situación que atraviesa la cultura.

"Es dramático que a la cultura no se le dé la importancia que tiene en nuestra sociedad. Hasta hace poco, y aunque ahora parezca increíble, leer se consideraba un signo, al menos potencial, de cultura. Ahora a una persona que lee no se le tiene muy en cuenta", afirmó el periodista cultural. Por el contrario, el conferenciante resaltó el lugar cada vez más relevante que las informaciones culturales tienen en los medios de comunicación españoles. "Todos los periódicos, hasta los más pequeños de provincias, dedican un suplemento a la cultura. Las páginas de cultura dan prestigio a un medio", afirmó. Y en este sentido, destacó la atención que FARO dedica a la cultura con los suplementos "Faro da Cultura", "Visado" y "El Sábado", y una especial presencia en las páginas de la edición del domingo.

Precisamente su último libro, "Oficio de lecturas. Escritos de periodismo cultural" (editorial Terra Ignota), que presentó durante esta conferencia, es "un pequeño homenaje", dijo, al diario decano, al que le debe en buena parte su profesión como informador. "Crecí y aprendí leyendo el FARO. Después, cuando estudié Turismo, mi primera vocación, leía el FARO durante el viaje de Bueu a Vigo, y así encontré mi vocación", aseguró. Su primer artículo, cuyo recorte mostró al público que asistió al acto del Auditorio Municipal do Areal, lo publicó en el diario decano el 16 de abril de 1972.

Según Rodríguez Pastoriza, el periodista cultural tampoco goza de una imagen real, ya que se tiende a creer que esta información puede hacerla cualquier informador, cuando no es así. "Se tiene la imagen del periodista cultural como aquel que no es intrépido y se piensa que cualquiera puede hacer información cultural. Cuando yo entré a trabajar en TVE, a quien no tenía muy claro a qué quería dedicarse lo asignaban a la sección de cultura. Sin embargo, la información cultural requiere una exigencia mayor porque exige tener una preparación más rigurosa que cualquier oro periodista", aseguró. Además, este tipo de informador ha de tener unas capacidades específicas si quiere realmente realizar una información atractiva y veraz. "El periodista cultural tiene que ser capaz de analizar y contextualizar más que el periodista de política o de economía, saber interpretar la realidad desde un punto de vista crítico, saber inducir a la reflexión con un lenguaje que conmueva. Además, la información cultural es más creativa e imaginativa, y requiere un lenguaje también más creativo", afirmó.

El profesor de Información Cultural de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y del Máster de Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo también habló de qué es cultura y de los distintas definiciones que existen de cultura, desde la antropológica, y de su división más clásica. En este sentido, calificó de "artificiosa" la clasificación más común de la cultura que distingue entre la culta, de masas y popular. "Las obras de Shakespeare y Lope de Vega se escribieron para ser del pueblo y hoy son consideradas cultura de élite. Y la ópera igual: nació para que el pueblo disfrutase con las divas y los actores, pero mientras actuaban, se jugaba a las cartas, y hoy es la expresión suprema de la cultura de élite. Y al contrario, el cine, paradigma de la cultura de masas, nació orientado hacia las élites", comentó el profesor de periodismo.

También se refirió al papel que juega la industria cultural en el periodismo cultural actual. Aquí, el ponente alertó de la presión que ejercen las grandes empresas del sector, lo que a veces puede hacer que el periodista pierda la perspectiva de descubrir la calidad del producto cultural. "La industria cultural cada vez vende más productos de evasión, de banalización, y si tienen morbo y algún escándalo detrás, mejor, frente a lo que yo creo que debe ser el periodismo cultural, que es descubrir la calidad y el enriquecimiento que provoca un disco, una exposición, un libro, una película... en el consumidor. El gran reto es mantener la información cultural al margen de los intereses del comercio y aproximar a la sociedad a la formación del pensamiento crítico", aseveró.