La empresa estadounidense Boston Dynamics sorprendía estos días al mundo con un sorprendente -y también bastante inquietante, todo hay que decirlo- vídeo en el que aparecían dos robots cuadrúpedos, llamados "Spot Mini", colaborando entre ellos para abrir una puerta. Las imágenes de estos "perros-robot" nos vuelven a suscitar varias preguntas: ¿Acabaremos todos en el paro porque los robots ocuparán nuestros puestos de trabajo? ¿Llegarán los robots a tomar conciencia de sí mismos y se organizarán para sojuzgar la humanidad, como plantean distopías como "Yo, robot" y "Terminator"? ¿Debemos replantear nuestro sistema educativo para afrontar un futuro laboral dominado por la robótica?

El vigués Hugo Barreiro, experto en industria 4.0 y director de I+D+i de Ledisson AIT, que posee una filial exclusiva para robótica colaborativa en la automoción, reflexiona en este artículo sobre los fascinantes desafíos que plantean los "cobots", especialmente en el campo de la educación, ámbito que considera una de sus dos grandes pasiones, junto a la tecnología aplicada a la industria:

  • Hoy en día existe un problema muy grave en las fábricas, muchas veces está velado, pero es una constante. En el cambio generacional, los jóvenes, no son capaces de realizar los trabajos más monótonos, arduos y tortuosos; los que no aportan ningún valor añadido. Son capaces de enfrentarse a estos puestos durante meses, pero acaban abandonando y, en ningún caso se plantean seguir realizándolos durante los siguientes 20 años. A partir de ahora vamos a llamar a estos trabajos "trabajos de robots".La Industria 4.0 ya está aquí, es necesario ser más competitivo para que la industria sobreviva. Hay que producir más, en menos tiempo, con mejor calidad y a menor coste. De lo contrario el producto se lo van a comprar a otro. Fundamentalmente este es el motivo de que cada vez haya más robots haciendo trabajos de robots y esta es la tendencia imparable para todos los sectores industriales. Igual que fueron imparables la tractorización, las máquinas de coser, internet o el agua corriente.Realmente impresiona el grado de desarrollo de la tecnología e igual de impactantes son sus buenos resultados. Con la robótica colaborativa, hasta se puede trabajar codo con codo con un robot, sin tener que cambiar las líneas de producción; el robot se adapta al trabajo que ya hace su compañero, una persona.La educación obligatoria actual se basa en el sistema prusiano, que se ha desarrollado en torno al 1800. Con este método se pretendía educar a los niños para formar buenos trabajadores y buenos soldados, mansos; que fueran capaces de ejecutar trabajos de robots tenazmente y durante 8 horas al día. Con un sistema autoritario y poco respetuoso con las necesidades del niño, se adoctrinaba al pueblo para que no se cuestionara absolutamente nada. Se anulaba la creatividad e iniciativa propia del ser humano.Las escuelas públicas por lo general siguen el modelo tradicional. Un modelo que apaga la creatividad y el talento. La curiosidad natural del ser humano, el afán por descubrir, se carece de libertad para experimentar y profundizar, ese brillo en los ojos que tienen los niños se les atenúa poco a poco; se entierra en un pupitre lleno de fichas y libros de texto.Ahora hay una realidad alternativa. La juventud tiene acceso a toda la información que podamos imaginar y en ciertas ocasiones acaba desarrollando su talento a la deriva, entre youtubers, el minecraft y pokemons.Ya no se requieren personas preparadas para realizar trabajos de robots. A viva voz, la industria demanda personas creativas, con talento, autónomas y con iniciativas. Por ello cobran vital importancia modelos educativos que desde la niñez alimenten la curiosidad natural del niño, que potencien su amor por aprender y aviven esa llama.Filosofías como la de Montessori son más necesarias que nunca y arrojan un modelo educativo probado y contrastado. Hay muchos otros métodos y combinaciones que dan como resultado personas preparadas para realizar los trabajos de personas. Empleos cualificados de valor añadido, donde el ser humano se sienta realizado y aporte lo que una máquina no puede. Para que se entienda que esto no es, para nada, utópico comparto un dato: Los fundadores de Google, Amazon y Wikipedia estudiaron con el método Montessori. Cuando una periodista preguntó a Larry Page y Sergey Brin, los creadores de Google, si creían que su gran éxito y su capacidad para la innovación se debió a la influencia de sus padres, profesores de universidad, ellos contestaron que no. En todo caso, dijeron, su espíritu autodidacta, su capacidad de iniciativa, la libertad de pensar por sí mismos, la aprendieron, en gran parte, en las aulas de Montessori.Dejemos los que los robots hagan los trabajos de robots y, mientras trabajan para nosotros, hagamos las personas trabajos más humanos.Hugo BarreiroExperto en Industria 4.0Director de I+D+i de Ledisson AIT