Una mujer transgénero de Estados Unidos ha conseguido dar el pecho a su bebé, adoptado, después de someterse a un tratamiento de hormonas para inducir la lactancia. Así lo afirma un estudio publicado al respecto en la revista Transgender Health. No obstante, pese al avance que supone, los investigadores consideran que se requiere investigar más para determinar si la leche es nutritiva y segura para los recién nacidos.

El estudio, encabezado por investigadores de la Mount Sinai Icahn School of Medicine de Nueva York, describe la historia de una mujer transgénero de 30 años que se sometió a una terapia de hormonas femeninas durante seis años porque "esperaba asumir el rol de convertirse en la principal fuente de alimento" para el hijo que esperaba su pareja, que no mostraba interés por la lactancia materna.

La joven, que no se practicó ninguna cirugía genital o de senos, buscó asesoramiento médico y con la ayuda de las doctoras Tamar Reisman y Zil Goldstein consiguió producir hasta 227 gramos de leche al día. Su cuerpo, incapaz de producir prolactina -estimula la producción de leche materna después del parto- y sin medicamentos en el mercado que la produzcan, decidió someterse a un régimen de hormonas que se utiliza para inducir la lactancia en mujeres, incluyendo un aumento de estradiol y progesterona, en tanto se le indicó utilizar una pezonera tres veces al día durante cinco minutos por mama.

También se le prescribió un medicamento contra las náuseas llamado domperidona, de Canadá, que se utiliza también para impulsar la producción de leche. La domperidona no está aprobada en Estados Unidos debido a que a la Agencia de Alimentos y Drogas (FDA) le preocupa que pueda provocar paros cardíacos y riesgos desconocidos en los lactantes.

"Tres meses y medio después de que comenzó con el régimen, nació el bebé", señala el informe que recoge el éxito del tratamiento. "La paciente amamantó durante tres semanas exclusivamente" y luego se agregaron suplementos debido a la "preocupación de un insuficiente volumen de leche". El desarrollo del bebé y sus hábitos alimenticios fueron normales, señala el reporte.

Los expertos dicen que la lactancia materna debería realizarse durante el primer año de vida del bebé, y más de ser posible, debido a los beneficios que tiene la leche materna para la salud, que exceden largamente los de los suplementos.

Pero es muy pronto para saber si el amamantamiento transgénero es seguro y nutritivo para los bebés, dijo Madeline Deutsch, directora clínica del Centro de Excelencia para la Salud Transgénero de San Francisco, de la Universidad de California. "Yo no lo haría", dijo Deutsch, ella misma transgénero y cuyo bebé de seis meses es amamantado por su esposa, quien también fue la portadora gestacional. "La principal preocupación para mi sería la calidad nutricional", explica. Una mayor investigación podría arrojar luz sobre la calidad nutricional de la leche y la seguridad de las hormonas necesarias para producirla.

Además, las hormonas para inducir la lactancia pueden llevar a cambios de humor y aumento de peso, lo cual puede operar como disuasorio en algunas personas, agregó. Para Deutsh, el hecho de una mujer transgénero haya conseguido amamantar a un bebé no supone una novedad: "Debo ser honesta con usted", explica a AFP, "esto (sobre la lactancia materna) está sucediendo desde hace por lo menos 10 o 15 años, al menos hasta donde yo sé", dice. "Esto es simplemente la primera vez que alguien lo escribe".