El Miércoles de Ceniza marca el final de una semana (y algún día más) de excesos en la mesa. Además de cocidos, lacón con grelos y otros platos típicos, los postres tradicionales del Entroido han sido parte del menú diario de muchos gallegos en lo que va de febrero. Si quieres mantenerlas en tu dieta diaria y cocinadas por ti mismo, te mostramos aquí cómo hacer filloas y orejas de Carnaval paso a paso.

Las recetas son sencillas y requieren de pocos ingredientes, por lo que podrás degustar estos deliciosos postres hechos en casa en cuestión de minutos.

OREJAS

Las orejas son un dulce ríquísimo y muy económico, al estar elaboradas con ingredientes habituales en cualquier cocina.

Ingredientes:

160 gr. de leche

120 gr. de huevos

50 gr. de aceite

20 gr. de mantequilla

2 o 3 cucharaditas de anís

600 gr. de harina

Una pizca de sal

Canela o azúcar glass para espolvorear

Elaboración

Las orejas son un dulce típico de carnaval. Tienen la ventaja de ser un postre sencillo y rápido de hacer. Finas, crujientes y cubiertas de azúcar, la clave de la receta es estirar la masa hasta que prácticamente se rompa. Para hacerlas, se mezclan primero los ingredientes líquidos y después se incorpora la harina. Amasamos y dejamos reposar alrededor de una hora. Estiramos todo lo que podamos antes de proceder a cortar la masa con un cuchillo en esa típica forma rectangular. Se fríen en abundante aceite y, ya fuera de la sartén -mejor en frío-, se espolvorean con azúcar. Antes es conveniente utilizar papel absorbente para retirar el exceso de grasa.

FILLOAS

Su rápida prepación y variedad de combinaciones hacen de las filloas un postre que gusta a todo el mundo.

Ingredientes:

300 gr. de leche

3 huevos

180 gr. de harina

50 gr. de mantequilla

Una pizca de sal

Un chorro de aceite

Miel, chocolate, nata o canela para acompañar

Elaboración

Las filloas son un postre delicioso y muy fácil de hacer. Apenas lleva unos minutos y aunque se asocia al carnaval puede tomarse en cualquier época. Es un dulce que permite variar la receta al gusto del comensal, combinándolas con miel, chocolate, canela, azúcar, nata, vainilla... ¿Su secreto? Cuanto más finas mejor. Sublimes son aquellas que alcanzan la delicadeza de un encaje de bolillos.

Para empezar, hay que batir los huevos ligeramente. Se añade la leche. Una vez mezclado se incorpora la harina, hasta que toma consistencia. Preparamos entonces una sartén y untamos el fondo con un poco de mantequilla o tocino. Caliente ya la plancha vertemos una cucharada de la crema y aquí nos la jugamos. Es en este punto donde se marca la diferencia. La rapidez para extender la pasta nos dará el grosor de la filloa. Lo ideal es tomarlas recién hechas o templadas.