Cada año se diagnostican 35.000 nuevos casos de fibrosis pulmonar idiopática (FPI) en el mundo, una enfermedad rara y poco conocida que afecta a unos 8.000 personas en España y que presenta una esperanza de vida de entre dos y cinco años. "Idiopática" significa "de irrupción espontánea o de causa desconocida". La FPI hace que el tejido del pulmón desarrolle cicatrices que causan la pérdida progresiva de la capacidad respiratoria. Conocer los síntomas y tratarla desde sus inicios es clave para aumentar la supervivencia de los pacientes e incrementar su calidad de vida. Sin embargo, en numerosos casos se confunden sus síntomas -sensación de ahogo, tos crónica y persistente y dolor torácico, falta de oxígeno en la sangre-con los de otras enfermedades pulmonares, por lo que su diagnóstico se retrasa. De hecho, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se calcula que más de la mitad de los pacientes comienza el tratamiento más tarde de lo deseable ya que, aunque no existe un tratamiento curativo, sí existen terapias que pueden frenar el avance de la enfermedad.