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Adán Ríos: "Hay que darle una oportunidad a la vacuna inactivada del sida"

El controvertido médico que atendió al Sha de Persia habló de cáncer y VIH en Vigo

El doctor Adan Ríos, ayer, en Vigo antes de la entrevista. // M.G. Brea

Lleva treinta años dedicando su vida a conseguir una vacuna eficaz contra el sida. El oncólogo Adán Ríos (Panamá, 1947), ha logrado nada menos que una de las tres patentes desarrolladas para vacunas preventivas contra el VIH en Estados Unidos. Su investigación, "sencilla y opuesta" a todas las teorías que se han desarrollado hasta ahora, consiste en "inactivar los virus transmisores fundadores de las cepas", tomando como referencia la metodología que el doctor Jonas Salk (su mentor) usó cuando desarrolló la vacuna contra la polio en los años 50. Con una intensa vida y dilatada carrera, entre sus amigos en EE UU está el exboxeador estadounidense George Edward Foreman -dos veces campeón del mundo en la categoría peso pesado-. Ayer participó en Vigo en un curso sobre VIH y hepatitis que organiza la asociación Agidei. Allí disertó sobre cáncer asociado a VIH.

-El suyo es el ejemplo de una vida prácticamente dedicada al estudio de un 'antídoto' contra el VIH.

-Me he dedicado los últimos treinta años de mi vida a trabajar intensamente en el campo del sida y las enfermedades asociadas. El problema principal que existe hoy en día es que la epidemia del VIH continúa. No ha habido un parón y, por otro lado, como consecuencia, hay un número más alto de personas infectadas que viven más tiempo. Eso crea una complicación nueva, con repercusiones humanas y económicas muy importantes

-¿A qué se refiere?

-El desarrollo de enfermedades malignas en esa población. El sida continúa sobrecargando los recursos económicos que las naciones tienen que utilizar para desarrollarse, particularmente en los países en vías de desarrollo. Pero creo que debemos de promover no solo la prevención de la enfermedad, con medios de salud públicos, sino también los esfuerzos destinados al desarrollo de una vacuna preventiva. Algo en lo que yo he estado trabajando un tiempo importante.

-¿Cuál es el estado de desarrollo actual de la vacuna que usted propone?

-Hemos tenido buenas noticias y otras realmente problemáticas. La parte buena es que hemos conseguido inactivar el virus y contamos con una metodología que es capaz de producir una vacuna inactivada. La parte difícil es que ha sido muy duro para la comunidad científica aceptar la posibilidad de usar una vacuna inactivada, por un temor, para mí infundado, de infección. Ese temor se manifestó cuando se desarrolló, por ejemplo, la vacuna inactivada de la polio. Y hoy en día es la vacuna que estamos usando para combatir la enfermedad en el mundo. Así que yo creo que, teniendo métodos efectivos, el no darle una oportunidad a la inactivación cuando ha fallado todo lo que se ha hecho, representa un error histórico de dimensiones casi incalculables.

-¿Y fuera de Estados Unidos?

-Estamos afrontando este tipo de situaciones. Así que ahora mismo retomamos conversaciones con científicos de la comunidad europea y asiática porque nos hemos dado cuenta de que en los Estados Unidos la inactivación, por razones casi ideológicas, tiene muy pocas oportunidades de ser probada. A pesar de los enormes fallos de los sistemas que se han usado hasta ahora y en los últimos 30 años.

- ¿Cuáles son las diferencias, de haberlas, en la atención a personas con VIH en el sistema estadounidense y el europeo?

-En Estados Unidos se dedicó una partida importante de recursos, y los pacientes obviamente tienen acceso a muchas medicaciones, pero un costo alto. Creo que en los países europeos y también en países en vías de desarrollo, los Gobiernos han promovido un uso económico mucho más humano de los tratamientos. Sin embargo, en líneas generales, el paciente de Estados Unidos tiene acceso a dichos tratamientos.

- Es cierto que usted fue médico del Sha de Persia?

-Sí, pero eso fue en el año 1980. En esa época tuve una buena relación. Fue una experiencia que me enseñó mucho, porque realicé un esfuerzo por alcanzar las últimas tecnologías y medios en salud. Muchas veces he pensado en si pudiera ahora hablar con su hijo, al que conocí en esa época. Quizás se interesaría en ayudarnos en este esfuerzo.

- ¿Está realmente tan convencido de que la vacuna será un éxito?

-Hoy en día hay 40 millones de personas infectadas con VIH. Abandonar e ignorar un método de investigación que puede dar con la prevención de la enfermedad, no tiene sentido. Yo no sé si la vacuna inactivada va a funcionar o no, pero creo que debemos tratarla; hay que darle una oportunidad, y me parece que es importante dada la afectación mundial del problema del VIH.

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