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Daniel Barenboim: "La educación musical es una cuestión de voluntad política y social, no de dinero"

"La gente no se da cuenta de la importancia de la música en el desarrollo del cerebro de un niño, que mejora la capacidad emocional y cognitiva"

El pianista y director Daniel Barenboim, durante un concierto reciente.

A sus 75 años de edad y aún con mucho que decir en el ámbito de la música, el director de orquesta Daniel Barenboim protagoniza una gira por España como pianista, centrada en la obra de Claude Debussy (1862-1918), ya que en 2018 se conmemora el primer siglo de su muerte. El director junto con Edward Zaid recalará en el Auditorio Nacional de Madrid y en el Palau de la Música Catalana en Barcelona.

El compositor Claude Debussy, del que este año se cumple el centenario de su muerte, protagoniza estos recitales y también el último disco de esta leyenda viva del piano del siglo XX

-Explique las claves del programa que va interpretar.

-Claude Debussy es un compositor cuya música no está todo lo valorada que merecería...

-...Algo que le sucede a muchos compositores.

-No a tantos; no de ese nivel. Hay que distinguir entre la calidad de la música de los compositores y su importancia histórica. Por ejemplo, Mendelssohn escribió grandes páginas, pero sin él la historia de la música se hubiera desarrollado igual. Hay compositores que no son tan perfectos, pero sí decisivos. Debussy cambió el ritmo de la música, por lo que su importancia histórica merece ser revisada y reconocida.

-¿Podría relatar su día a día en Berlín, donde desarrolla gran parte de su trabajo?

-Hace pocos días estuvimos de celebración con la Staatskapelle, de la que me han nombrado director de por vida. No pude hacer más que agradecerles su amabilidad tras más de veinticinco años. Les dije entonces que seguramente me habían elegido porque no creían que iba a durar tanto. El regalo más grande que me han dado es que, después de tanto tiempo, siguen teniendo una enorme curiosidad por trabajar conmigo. Además de director musical de la Staatsoper, también estoy en la Academia Barenboim-Said, donde enseño y donde actualmente tengo la responsabilidad general de sacarlo todo adelante. Me he dado cuenta de que hay dos aspectos que van muy mal en el terreno de la enseñanza musical.

-Explíquese.

-El primer problema es que no hay educación musical suficiente en las escuelas para los niños. Es imposible mantener la vida musical concertística si los adultos del futuro no conocen nada. La gente no se da cuenta de la importancia de la música en el desarrollo del cerebro de un niño. Es algo que está probado científicamente, que mejora la capacidad emocional y cognitiva. El segundo problema que veo es que aquellos músicos profesionales de gran talento no tienen la más mínima cultura no musical.

-Seguro que tiene en mente alguna solución.

-Para el primero he desarrollado un programa musical para niños de seis años que el próximo año llevaré a cabo en colaboración con una escuela de Alemania.

Es una cuestión de voluntad política y social, no de dinero, porque a la larga todas esas entradas vendidas a aficionados en un futuro revertirían en menos subvenciones públicas a las orquestas. La situación es dramática, pero no se circunscribe a un único país, es algo muy extendido. Después, dentro de la Academia, hemos incluido un departamento de Filosofía y no se acepta a nadie que tenga gran talento musical y ninguna inteligencia.

-¿Qué nota usted que ha cambiado en los jóvenes músicos de hoy?

-Tienen mucha facilidad para acceder a la información y quizá por eso hay un menor interés por conocer lo que se ha hecho en el pasado más inmediato. Los jóvenes no prestan la atención que merecen a las grabaciones de los maestros del violín de siglo XX, por poner un ejemplo, y eso se deja sentir en una falta de expresividad cuando tocan.

-Cambiando de tema y para concluir, ¿qué opinión tiene sobre los recientes acontecimientos en Israel?

-Creo que hay un error de comprensión en el conflicto israelí y palestino que Occidente no llega a entender. Ahora se habla de solucionarlo con dos estados, y yo me pregunto: ¿dónde está el segundo Estado? Creo que habría que obligarlos a ambos a negociar.

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