Galicia vivió un temporal de alto voltaje, con dos tornados que llegaron a tierra en Sanxenxo y Cotobade, vientos que superaron los 120 kilómetros por hora, fuertes lluvias en la provincia de Pontevedra, -llegando a 30,9 litros por metro cuadrado en Poio- y acompañadas localmente de tormentas, aparato eléctrico y granizo. El municipio de Sanxenxo fue el que registró las mayores consecuencias, ya que un tornado arrasó con el tejado de un colegio público ubicado junto a la playa de A Lanzada, además de dañar una veintena de casas y dos empresas en las parroquias de Noalla y Vilalonga.

La comunidad se despertó ayer con varios tornados adentrándose en tierra firme procedentes del mar. Las mangas marinas, como también se les denomina, causaron destrozos importantes, especialmente en Sanxenxo. Desde Meteogalicia, explican que uno de ellos entró por Sanxenxo hasta Cotobade; mientras que otro penetró por Noalla, también en Sanxenxo, hasta O Freixo; aunque también se localizó un tercero en Muxía, Costa da Morte (A Coruña).

En el caso de Sanxenxo, informa Xurxo Gómez, las dos mangas marinas causaron daños en infraestructuras de las parroquias de Vilalonga y Noalla. En esta última, en la zona de A Lanzada, la Policía Local desalojó el Colexio Telleiro debido a los daños materiales ya que el temporal provocó que el falso techo y las cajoneras de las persianas de algunas aulas se viniesen abajo; además de la caída de tejas en el patio.

La evacuación de personal y los 150 niños se realizó para "garantizar la seguridad y evitar daños personales". Además, el fuerte viento había levantado las tablas de madera de una treintena de metros del paseo paralelo a la playa que salieron volando hacia el colegio antes citado. También en Tombelo, Freixo y Rouxique (Vilalonga), resultaron afectadas una veintena de casas, quedando algunas sin tejado.

El tornado prosiguió llegando a la carretera N-541 donde varios conductores que circulaban por esta vía presenciaron cómo el fuerte viento se llevaba varios árboles y señales de tráfico.

En la comarca de Arousa, se llevó por delante un galpón de 320 metros cuadrados de superficie y partes del edifcio principal, informan nuestros compañeros Tino Hermida y Adolfo Gago. "Eran las 9,40 de la mañana -explican trabajadores de la empresa- cuando sentimos un fuerte ruido en la cubierta, y nada más asomarnos a la puerta vimos una nube baja a modo de torbellino huracanado que había empezado a arrasar la nave anexa, que hacía las veces de garaje para la maquinaria".

En cuestión de segundos, el viento derribó el galpón de 320 metros cuadrados por 6 de altura, construido hace casi treinta años, a base de bloques de hormigón, chapa metálica, uralita y pilares de madera, y perteneciente a Forxas do Salnés, una firma especializada en la construcción de bateas.

Analizando los desperfectos, la meteoróloga de Meteogalicia María Souto explicó que su escala fue la menor, cero. Añadió que "los tornados son llamativos y son relativamente frecuentes en Galicia donde, normalmente, se forman en el mar para deshacerse al tocar tierra. En estos casos, lograron andar varios kilómetros" adentro.

La principal ráfaga de viento se localizó, no obstante, en Punta Candieira, Cedeira (A Coruña) alcanzando los 124,5 kilómetros por hora; seguida de los 109,7 kilómetros de A Gándara, en la localidad coruñesa de Vimianzo; superando los 107 en la también coruñesa Malpica de Bergantiños y en Cabo Udra en Bueu (Pontevedra).

Durante la jornada de ayer, en la que permaneció amarrada la flota, la alerta naranja en la costa se tradujo en precipitaciones muy abundantes en determinados puntos. La máxima en Poio con casi 31 litros por metro cuadrado; seguido de los 26 litros de Santa Comba (A Coruña); los 23 de Meis (Pontevedra) o los 18 de Avión (Ourense) y Forcarei (Pontevedra).

Aún así, en la comarca de O Morrazo, las fuertes lluvias y vientos también causaron daños. Cristina González y Juan Calvo, informan de que provocaron el desprendimiento de dos planchas de la cubierta de la pasarela de la estación marítima de Cangas. El viento también desprendió parte de un revestimiento, tipo uralita, de la fachada de un edificio, en la rúa Paz, de Cangas, en las proximidades del casco histórico de Cangas. En Bueu, también también resultó afectada una fachada de un edificio en la avenida Castelao.

Fue en las Rías Baixas donde se concentraron la mayor parte de los rayos caídos ayer (351 en tierra firme y casi 1.400 contando los del mar) especialmente de 08.00 a 10.00 horas y después de las nueve de la noche.