Se hace mediodía en un gimnasio de Vigo cuando, entre step y pesas, vibra un móvil. Cuando Andrea lo coge, un hilo de voz entrecortada grita: ¡El Gordo! Al otro lado, su familia política desde Vilalba ya lo celebra. Esta historia, propia del sueño feliz de cualquier 'currante' en fase REM, se parece bastante a lo que ocurrió a la joven agente inmobiliaria viguesa Andrea Tubío García, de 26 años.

Ayer mismo, sin prever. Un décimo que su suegra les regaló a su pareja, Óscar Ferreiro, y a ella, resultó agraciado con 400.000 euros. Ambos viven y trabajan en Vigo en la actualidad y, de hecho, el décimo estaba físicamente en la ciudad. Y ese codiciado papel fue objeto del más simpático posado por parte de la afortunada. Su estampa ilustra con claridad la felicidad que trae el 'Gordo' a muchas vidas.'

Óscar estaba trabajando por lo que desde la afortunada localidad villalbesa decidieron llamar a Andrea, o "Poti" -como la conocen familiarmente- y ella fue corriendo a casa a comprobarlo. Allí estaba el décimo. Prácticamente sintió una taquicardia. Luego llegaría un aluvión de llamadas. Y también se sumaron al festejo algunas cañas, en una tarde de sol envidiable en la ciudad.

"La verdad es que fue un gran regalo; barato, pero salió rentable", sonreía la joven al conversar con FARO durante la tarde de ayer. Sobre el premio en sí, la joven explicaba que habría que deducir el impuesto de Hacienda... pero aún no habían tenido oportunidad de pensar en qué gastarlo. "Tenemos que pensarlo bien, por el momento aún no sabemos en qué vamos a invertirlo", destacaba la joven, que trabaja en el una agencia inmobiliaria mientras que su novio lo hace en una empresa del polígono de Mos.

Lo mejor, que el premio ha sido también repartido entre toda la familia, destacaba. Tras el subidón de la noticia, "Poti" colgó el retrato con el décimo premiado en la cabeza en una red social. Y mientras seguí sin creérselo de todo horas más tarde, en Instagram llovían las felicitaciones y comentarios.