El 18.065 es un número bonito y casi todo el mundo le encontró la gracia. Amalia Rodríguez, camarera de "Lo que queda del día", explica que se agotó pronto porque la gente decía que representaba la vida. "Los 18 cuando obtienes la mayoría edad y comienzas a pensar en el trabajo, y los 65 cuando te jubilas", asegura.

De esa forma se repartieron 18 series -180 décimos- que fueron a parar a Salvaterra pero también a Salceda de Caselas, As Neves, Ponteareas, Tui o incluso a localidades del norte de Portugal.

"Lo que queda del día" es un local moderno, frecuentando por público con buen gusto y que esta abierto todo el día. Ayer a medida que la noticia se fue conociendo aparecieron en el local algunos de los agraciados para brindar con sidra y espumoso, y también algunos que no tuvieron fortuna en este día, en que la suerte volvió a sonreír a Salvaterra, pero que también quisieron estar allí. El local es la primera vez que reparte un premio, pero está situado al lado del receptor de loterías que, el pasado 24 de noviembre, sacó por máquina un boleto con bote de la primitiva que dejó 46 millones de euros, y que ayer volvió a dar un quinto premio

Explica Yoli Domínguez, una de las socias del bar "que este premio está muy repartido, porque la mayoría de las personas que compraron lo hicieron en compañía, aunque algunas lo compraron solo para ellos, casi todo el mundo fue para repartir entre amigos, dos, cuatro, seis..."

Domínguez aseguró que entre las personas que compraron lotería y que resultan agraciados "hay muchos afectados por los fuegos" que asolaron la comarca a principios de octubre y quemaron cientos de hectáreas de monte en As Neves, Salvaterra y Salceda. "Gente de todas las edades pero sobre todo muchísima joven", señaló.

Incluso informó que una de las agraciadas es una mujer a la que el fuego calcinó su casa y que acudió por el bar para brindar con quien le ha traído suerte, algo que "me emocionó mucho", según la socia de la cafetería, porque "compensa un poco lo mal que lo pasamos durante aquellos días".

También dijo que entre los compradores hay incluso alguna persona de Cambados "que ya nos llamó".

Fue Víctor Domínguez, el camarero que está por la tardes en el bar el que compró los décimos en una administración de la calle Camelias en Vigo. "Conocía a una persona que trabaja en la administración y decidió comprar ahí, pero nunca jugamos el mismo número ni siempre compramos los décimos en el mismo sitio", apunta Yoli.

"Yo no escogí el número, fue el que cuadró, no tenía contemplada ninguna terminación ni ningún número, coincidió este como podía coincidir otro pero coincidió muy bien..." asegura Víctor

Yoli Domínguez aún no sabe qué número jugará en la lotería del Niño, pero ha mostrado su intención de volver jugar al mismo 18065 que tanta suerte les ha dado. Ella se ha reservado un poco de los billetes premiados "no voy a decir cuando he jugado, pero ha sido menos que el año pasado... Yo estoy sobre todo contenta porque se ha repartido suerte entre nuestros clientes".

Todos los del bar son ganadores también. Sara Aranz que trabaja solo los fines de semana se personó en el establecimiento con su décimo para disfrutar de esos momentos de alegría.

El premio fue de los llamados madrugadores, pero "en lo que quedaba del día" por el bar pasaron muchos clientes como Pablo, María, José, Francisco o Paula... para sonreír junto a los artífices de esta lluvia de miles de euros.