La borrasca "Ana" se alejó ayer de Galicia tras dejar cantidades superiores a cien litros por metro cuadrado en 24 horas y rachas de viento huracanadas. Tras su paso, que dejó entre el domingo y la mañana de ayer, lunes, cientos de incidencias, la máxima preocupación está ahora en la posibilidad de que las riadas arrastren al mar las cenizas de los incendios del pasado octubre.

Intranquilos y a la expectativa. Así se encontraban ayer los miembros de las distintas cofradías ante la posibilidad de que el arrastre de cenizas, ramas, piedras e incluso paja del monte arrasado por los incendios debido a la fuerza del viento y de la lluvia afecte los bancos marisqueros de la ría. La normalidad ha sido la tónica de la vuelta al trabajo, sin embargo, Clemente Bastos, patrón mayor del pósito de Redondela, advierte que serán "las próximas jornadas" las que certifiquen el nivel de afectación de estos residuos en los bancos. "Este diluvio arrastró todo para la ría, pero en verdad los que fueron a trabajar hoy en la parte más interna no encontraron nada, todo fue bien. Pero el problema es que esto no se ve de un día para otro, será a lo largo de la semana cuando sabremos si hay mortandad o no".

Reconoce en esta zona de interior de la ría es la "más peligrosa" en cuanto a la acumulación de la ceniza, pero confía también en que "al ser tanta la riada" pudiera echar fuera de la ría "todos estos residuos". Recuerda Bastos que en 2016 sufrieron una situación similar pero son cautos y esperarán "un par de días" para conocer el alcance del arrastre. Durante toda la jornada de ayer, guardacostas y técnicos de desarrollo pesquero revisaron las zonas de Arcade, Baiona, A Guarda y en especial en las desembocaduras de los ríos Miñor y Verdugo (cuya crecida anegó varias parroquias) para valorar la situación. La conselleira de Mar, Rosa Quintana aseveraba ayer que este arrastre de ceniza y ramas era "algo previsible" y aseguró que "si se producen daños en los bancos marisqueros se abrirá la posibilidad de pedir subvenciones".

Monte afectado

¿Y cómo afectó las torrenciales precipitaciones a este monte gallego castigado por los fuegos? El temor por parte de comuneros y técnicos de Medio Rural residía en la erosión del mismo. Al igual que en estos bancos, se han inspeccionado las zonas del Xurés, Ancares e interior de Pontevedra para conocer el alcance de "Ana". Fuentes de la consellería afirmaron que se ha estado trabajando tanto ayer como días anteriores al temporal en las zonas donde ardieron más de 300 hectáreas colocando suelos de paja, lonas e incluso barreras que evitasen esta erosión y posterior arrastre. En Pontecaldelas reconocen que a pesar de las 90 toneladas de paja esparcidas sí se detectó erosión en el monte mientras que en As Neves tildan de "importantísimo" este desgaste.

Por otra parte, las lluvias caídas durante las últimas horas han resuelto por ahora el problema de la sequía tras elevar considerablemente la ocupación de los embalses, que se encuentran en una media del 55,45 por ciento, lo que supone un incremento en más de 13 puntos desde la semana pasada. En concreto, según los datos provisionales de Augas de Galicia, el embalse de Eiras está al 73,4%, cuando siete días atrás estaba ocupado en un 37,12%, lo que significa que el abastecimiento está garantizado para los próximos seis meses. Zamáns, por su parte, ha alcanzado el 38,13%, desde el 34,37% del pasado 4 de diciembre y también el caudal de la presa de Baíña, que abastece Baiona, se ha incrementado en diez puntos, hasta el 24,58 por ciento, lo que permite un margen de dos meses con el consumo garantizado.