Luis Castellanos propuso un ejercicio con las palabras que, garantizó, cambia la vida a quien lo pone en práctica de una forma consciente y firme: escribir tres agradecimientos distintos cada día durante 21 días. "Cuando se agradece, e cerebro está buscando qué agradecer y aunque fuésemos personas muy negativas, siempre encontrará algo positivo. Con esta práctica, el cerebro se acostumbra a buscar cosas favorables de la vida cada mañana. El mundo no es tan horrible como para no tener tres cosas que agradecer cada día", manifestó.

Para contrarrestar la negatividad, Castellanos apuntó una palabra: "afortunadamente". "Esta es una palabra maravillosa. Si tienes una avería de coche di: 'Pero afortunadamente no me pasó nada'. La avería ya no parece tan terrible", dijo.

El autor de "Educar en lenguaje positivo. El poder de las palabras habitadas" abogó por un mundo "más generoso, sabio y compasivo" y por evitar el sufrimiento. "Ante todo, no te hagas daño con tus palabras y no se lo hagas a los demás", añadió. Con estas pautas, el experto en neurociencia y lenguaje positivo aseguró que mejoraría vida, la salud y el bienestar tanto personal como colectivo. "Hay que ser empáticos temporales, es decir, mostrar la empatía cuando la persona la necesita", comentó.

"La realidad nos transforma, pero la lente con la que vemos el mundo transforma esta realidad. La clave está en cómo procesas lo que ocurre en tu interior y en tu exterior, y la forma de procesarlo siempre es lingüística", comentó el especialista, que también abogó por hacer un "acto bondadoso aleatorio" cada día. "Y si no sabes qué decir a alguien, yo siempre les digo a los chavales que pregunten si pueden ayudar en algo", añadió.