El arte de los pizzeros de Nápoles (pizzaioli) fue reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, según anunció ayer su Comité intergubernamental en la isla surcoreana de Jeju. Esta práctica culinaria, que consiste en preparar la masa de la pizza en cuatro etapas para hornearla luego a fuego de leña dándole vueltas, fue incluida dentro del listado de la Unesco de elementos que se deben conservar por su importante valor cultural. Esta lista, que incluye otras actividades como Las Fallas de Valencia, el flamenco, o los cantos de Los Llanos de Colombia y Venezuela, busca movilizar la cooperación y asistencia internacional para que las diferentes sociedades mantengan su patrimonio cultural.

En la actualidad, quedan tan sólo unos 3.000 pizzaioli en esta ciudad del sur de Italia, por lo que la Unesco propone realizar actividades culturales en la que los jóvenes puedan observar el trabajo de los maestros.

Esta práctica se considera un arte, ya que se necesita una habilidad particular para hacer la masa y después hornearla.

Además de a los pizzeros napolitanos, la Unesco también reconoció ayer la música de gaita irlandesa, la música de órgano alemana y la artesanía de barro de Estremoz (Portugal).