"La tortura no es cultura". Así se se rotunda se mostró ayer ayer Paola Calasanz (Barcelona, 1988), más conocida como Dulcinea, respecto a los espectáculos que emplean animales, entre estos, las corridas de toros. La directora de arte, creativa, instagrammer y youtuber (con más de 500.000 seguidores) estuvo ayer por primera vez en el Club FARO para presentar su novela "El día que el océano te mire a los ojos" (Roca Editorial), una historia romántica que encierra un viaje iniciático y una encendida defensa por la naturaleza, en la que su autora lleva años involucrada de una manera cada vez más activa.

Tanto es así que tanto esta novela como su predecesora, "El día que sueñes con flores salvajes", le sirven como vehículos para transmitir su filosofía de vida, basada en la conexión con la naturaleza. Para deleite de sus seguidores, Calasanz anunció que además del último título de esta trilogía, acaba de firmar un acuerdo con la editorial para escribir otras tres novelas más.

Ella misma es un ejemplo de ese regreso a lo natural. Hace ahora seis años, vivía en uno de los barrios de moda de Barcelona y se ganaba la vida como fotógrafa. Hasta que se dio cuenta de que esa no era realmente la vida que quería llevar. Así lo relató en su conferencia-coloquio, "Haz la conexión con la naturaleza. (La magia del amor y la importancia de vivir cada día como si fuera el último)", que presentó la periodista Guada Guerra.

A través de la historia de amor entre Aurora y Narel, los protagonistas de "El día que el océano te mire a los ojos", Calasanz descubre al lector cómo es el mundo de los océanos y describe cómo son capturados animales como los delfines para después ser trasladados a delfinarios. "Todo el mundo que va a ver un delfinario dice: 'Que bonito', 'Pero si el delfín aplaude y se ríe'. Pero no es así. Son jaulas debajo del agua, es como para persona vivir toda la vida en un ascensor", advirtió Calasanz, que es fundadora de una reserva para el rescate de animales salvajes llamada @ReservaWildForest.

Pero la youtuber y escritora no solo se refirió a los peligros de la vida marina. Apoyándose en diapositivas, algunas muy duras, también habló de la acción del hombre sobre el planeta y de su relación con el resto de seres del planeta. Calasanz reconoció que le hubiese gustado que alguien le "hubiese abierto los ojos" antes sobre lo que hay detrás del consumo de animales, la fabricación de calzado y ropa, y la elaboración de productos de cuidado personal y maquillaje, y que no se muestra. "La carne es un animal aterrorizado que solo quiere vivir. Industrializar su muerte para comerlo no es ley de vida", aseguró en Auditorio Municipal do Areal. En este sentido, añadió que ve más natural que alguien cace un animal para comerlo que ir a la carnicería a comprar la carne. "Es una vida por diez minutos de placer", insistió la ponente, que reconoció que a ella le gusta la carne, pero que renunció a ella, como a comer cualquier otro producto animal cuando descubrió realmente qué se escondía detrás de la industria alimentaria. "Muchos de los animales criados en granjas la única vez que ven el sol y respiran aire puro es de camino al matadero. Es muy cruel", afirmó.

Calasanz, que ha colaborado con programas como "El hormiguero" con sus experimentos psicosociales, también criticó duramente la caza, de la que dijo que no hay ningún argumento que la sostenga. "Dicen que hay que cazar jabalíes porque son una plaga y acaban con los cultivos. Claro, hemos acabado con los lobos y ahora no tienen enemigos naturales. Sin embargo, la única plaga que hay en este planeta somos los seres humanos", afirmó.

La ponente explicó que en uno de los experimentos psicosociales realizados con niños de tres y cuatro años demostraron que los pequeños no relacionan los animales que ven en su medio natural con la comida. "Le preguntamos si les gustaban los animales: la vaca, el conejo, la gallina... y todos contestaron que sí. Sin embargo, cuando les preguntamos si comían carne, enseguida nos contestaron que no. "¿Qué coméis entonces?", les preguntamos. Y ellos contestaron: salchichas, hamburguesas, croquetas... En realidad, no nos enseñan qué es la comida", expuso.

Calasanz recordó que los animales que comemos son cachorros y que las hembras son explotadas para criar constantemente, lo que también acorta su vida. En este sentido, también desmintió que las vacas den leche de forma natural. "Son mamíferos y si dan leche es porque tienen una cría, una cría que se les arrebata para que no se beban esa leche. La vaca lechera está constantemente pariendo y solo vive seis años, cuando su esperanza de vida es de 18-20 años", explicó.