Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una problemática en aumento

La escalada del silencioso estrés infantil

Un experto asegura que interrumpir conversaciones familiares por la llegada de mensajes o llamadas "desanima a los niños" que piensan que la máquina les "roba" atención

Dos niños juegan con sus móviles.

La vorágine de una era digital que lo impregna casi todo ha atrapado a familias y niños en los últimos años. Como consecuencia, el estrés se ha democratizado y llega hasta la primera infancia. A veces, pasa desapercibido, disfrazado de aparente tranquilidad. "Los niños pasan dos horas ante la televisión y parece que están tranquilos; pero, en su cabeza, se acumulan millones de imágenes que informan de muchas situaciones. El niño no tiene con quién hablar de eso. Los pequeños se equilibran e interpretan la realidad situándose en el mundo a través de conversaciones espontáneas de la madre, padre o abuelos", explica el psicólogo y presidente del Observatorio de la Infancia y la Familia en Menorca, Vicenç Arnaiz.

Este experto participa estos días en Galicia, junto a un centenar de psicólogos de todo el Estado, en la edición número 22 de las Xornadas da Sección de Psicoloxía e Saúde. La villa coruñesa de Betanzos ha sido este año la elegida para acoger la cita que dedica al estrés el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia.

Sobre el estrés infantil, Vicenç Arnaiz, explicó también que se han "generalizado las dificultades de los niños ante los nuevos modelos de crianza. Antes, pasaban el tiempo con sus padres o abuelos; ahora pasan muchas horas fuera de casa desde muy pequeños. Tienen contacto con mucha gente pero no son relaciones que les den seguridad. Esto estimula mucho su experiencia pero no tienen quien los tranquilice.

Aunque, los niños de dos años presentan una "memoria y capacidades cognitivas espectaculares"; esto, no obstante "no va acompañado de una mayor madurez y bienestar afectivo". Explica que hay madres y padres que están "ausentes, están ahí, junto a sus hijos, pero no están entregados a la relación". "Los niños y niñas tienen más interés por la máquina mágica que atrae a sus padres. De ahí, la fascinación por las llaves o el móvil. Se pasan a él porque ven que es más importante que ellos" ya que sus progenitores interrumpen los momentos familiares o de acompañamiento y juego con los pequeños para atender el teléfono o la tablet.

Los efectos del Whatsapp

Este psicólogo reconoce que la situación laboral "genera estrés. Pero también se añade estrés por no cuidar el ambiente familiar". Por ello, aboga por el "silencio electrónico. No es admisible que una madre o padre vaya con sus hijos y esté, al mismo tiempo, trasteando con su móvil; o le dé comida mientras está pendiente del móvil o la tablet. No es de recibo que, en casa, una conversación quede cortada por el Whatsapp. Deberíamos ser más responsables porque este tipo de cosas estresa y desanima a los niños; ven que el Whatsapp les roba la atención".

No obstante, reconoce que "las capacidades cognitivas de los pequeños de ahora son espectaculares. Presentan unas capacidades de procesamiento y pensamiento que no se podían ni sospechar hace unos años.". Como consecuencia, "a los dos años, hablan como hablábamos nosotros cuando teníamos tres o cuatro", añade.

Este psicólogo no se olvida de otra fuente de estrés: las circunstancias sociales como la limitación de recursos: "Eso genera un estrés importante en la infancia". Apunta que se podría paliar teniendo una buena escuela infantil :"Tener un buen recorrido educativo compensa las dificultades de las familias para educar a sus hijos; pero si no hay una buena red de escuelas infantiles eso es muy complejo".

Sus medidas para combatir el estrés pasan por iniciativas con el apoyo de la administración pero que tengan la participación y el impulso de la comunidad y las familias. Citó varias soluciones en Menorca. En esta isla, por ejemplo, todos los niños tienen una plaza garantizada en la red pública de guarderías. Además, allí, a todas las familias con un hijo, según explicó, se les invita a participar en un grupo semanal con el niño en la escuela infantil y con la educadora para comentar las dudas sobre la crianza (que si el bebé no come o no duerme; si tiene dificultades para algo...). Además, las guarderías "se dejan abiertas por las tardes para que las familias con niños escolarizados tengan un lugar donde jugar con ellos". También hay talleres semanales para familias para proponer cuentos, analizarlos o contarlos; así como grupos de yoga para padres e hijos.

Compartir el artículo

stats