El actor argentino Leonardo Sbaraglia recibió ayer el premio Cineuropa en reconocimiento a una trayectoria vital en el mundo del cine, con más de 30 años y 52 largometrajes a sus espaldas.

El acto de entrega fue anoche a las 20:00 horas, en el Teatro Principal, seguido de la proyección de su último film "El Otro Hermano", de Israel Adrián Caetano, por el que recibió el premio al mejor actor en el Festival de Málaga de este mismo año.

El intérprete compareció en rueda de prensa en Santiago acompañado por el director del festival, José Luis Losa, la concejala de Acción Cultural de Santiago, Branca Novoneyra, y el regidor de la localidad, Martiño Noriega.

Allí, Sbaraglia trasladó su sorpresa y "emoción" por este reconocimiento, tras "haberse roto el alma tanto tiempo" en esta profesión, agradeciendo que "de alguna manera, en algún lugar" este trabajo acabe "llegando" a la gente y "quedando" en el panorama cultural y social.

Sobre todo valoró el papel del festival Cineuropa para "acercar esta pasión tan maravillosa" a lugares y ciudadanos "que no tienen acceso en esta época" a propuestas tan alternativas, en un panorama en el que el mercado "va cambiando" y provocando que "cada vez sólo llega un tipo de cine a ciertos lugares".

"Y es triste", lamentó, tendencia que contrapuso a "la pasión" de los organizadores del festival para tomar "batalla" de que este tipo de propuestas "lleguen al público".

"El cine no existe si no se hace con ese equilibrio entre todas las partes, pero no solamente técnicamente sino también humanamente", dijo para acto seguido añadir que la producción de una película es "caótica" "y, de pronto, que se produzca una emoción, un pensamiento, algo dentro del caos, de verdad es maravilloso", afirmó.

El intérprete bonaerense aludió a ese caos al indicar que "sólo en el momento del rodaje hay sesenta personas o más involucradas, pero cientos de personas tratando de equilibrar algo que es complicado que salga bien".

El actor destacó también los vínculos que tiene con España, donde ha trabajado en más de 15 películas y recordando así sus ocho años de residencia en Madrid. "Me sigue regocijando el afecto y generosidad y las grandes oportunidades que este país me ha dado", insistió.

Sobre todo, incidió en el "milagro" que supone sacar adelante un largometraje, en el que un equipo de decenas de personas consiguen obrar "un milagro" y suscitar "la emoción y el pensamiento" en medio del caos del proceso de rodaje.

De toda su trayectoria nacional, agradeció trabajar con directores como Cesc Gay en la pieza "Una pistola en cada mano", uno de los profesionales "que más admiraba" de este país y autor de propuestas como "En la ciudad", con la que se ha identificado mucho.

José Luis Losa, por su parte, ha agradecido la "generosidad" del intérprete tras aceptar este galardón, destacando sus papeles en obras como "Caballos Salvajes" o "La Noche de los Lápices", además de su papel en la recuperación de la memoria histórica en Argentina.