- Adaptan el libreto pero no renuncian a una ópera seria.

-No, ni mucho menos. La ópera es ópera y por mucho que queramos quitarle peso y hacerla accesible lo que no queremos es desvirtuarla. Hay que entender que la ópera es una obra de teatro donde los actores además de hablar cantan y una vez que tienes eso claro hay que trabajar mucho en cómo contarlo. Una buena obra como "La flauta mágica" es como carne cruda y depende del cocinero, que es el director, y de los actores saber transmitírsela al público al que va destinada.

- ¿Cuánta gente habrá visto en estos diez años el espectáculo?

-No sabría decirlo. Una vez hicimos un cálculo y estábamos cerca de los 15.000 niños, así que supongo que estaremos rondando esa cifra y tal vez me quede corto.

- La nueva versión que traen a Vigo incorpora nuevas tecnologías.

-Sí, sumamos al espectáculo unos vídeos muy chulos que están sincronizados con la música y la dramaturgia de escena que permiten jugar con todos los sentidos, tanto el musical como el visual. Permite mejorar la adaptación que hemos hecho porque esta ópera tiene un libreto un poco farragoso como suele pasar con todas las óperas del siglo XVIII pero tiene la magnífica música de Mozart y creo que si hay que ver una ópera por primera vez o si solo se pudiese ver una tendría que ser "La flauta mágica". Nosotros tenemos la suerte de contar con esa música.