La "avispilla" de origen asiático detectada en los castaños gallegos desde 2014 afecta ya al cien por ciento de los árboles de Galicia, por lo que los técnicos ya solicitaron al Gobierno de España la autorización para hacerle frente con la lucha biológica, basada en la "suelta del insecto Torymus", experimentado en Italia con éxito, después de que el país vecino perdiese el 80 por ciento de su producción.

La técnica del Centro de Desenvolvemento Agroforestal de Riós, Nuria Sánchez Limia, abordó parte de los problemas del sector de la castaña gallega en una mesa de debate incluida en el programa del Expoforum Noroesta Biofim 2017, que se celebra en la sala Eisenman de la Cidade da Cultura.

Según Sánchez Limia, la producción de castañas de 2018 será la primera afectada globalmente por la "avispilla asiática" porque tras su detección en Galicia en 2014, fue "en la actual campaña cuando se detectó la aparición repentina en todos los árboles de todas las zonas productoras", concretó.

Parásito

Destacó la "suerte" de que la lucha biológica que espera la autorización del Gobierno de España, ya fuese experimentada en Italia, con el insecto llamado "Torymus", que es un parásito del también insecto "Dryocosmus" o "avispilla asiática". Cada ejemplar de avispilla pone entre 250 y 300 huevos, de los que son viables unos 125 "así que tal como están ya los árboles, para el año estarán plagados desde su copa hasta las ramitas que salen de los lados del tronco".

Sánchez Lima confía en que la suelta de Torymus consiga reducir las previsibles pérdidas a "sólo" un 20 o 30 por ciento de la próxima cosecha, "pero habrá que acostumbrarse a pérdidas así de por vida pues ambos insectos convivirán y esperemos que su población se equilibre".

Recordó que en Galicia hay una variedad del insecto Torymus, que es el que hace las agallas o "carrabouxos" del roble. "Sin embargo, no podemos comprobar si es suficiente para combatir a la avispilla, y no sabemos cómo incidirá la suelta del Torymus de fuera en el nuestro y en otros insectos, pero pedimos la suelta porque la situación es preocupante", agregó.

Otros problemas

Sánchez Limia aludió a otros problemas sufridos por el sector de la castaña en 2017, como la "tinta", que a pesar de ser un hongo que se transmite por el suelo y prolifera en ambientes muy húmedos, "este año que se caracterizó por una sequía enorme, el hongo vivió un repunte y aún no sabemos muy bien los motivos".

También se refirió al "chancro" cuyo avance consiguió frenarse con "vacunas de cepas hipovirulentas" y a los fenómenos meteorológicos adversos de hace justamente un año, cuando 4.500 castaños quedaron "destrozados" tras una noche de temporal de nieve y viento en la zona de Riós, Vilariño de Conso, A Gudiña y Castrelo do Val (noroeste de la provincia ourensana).

La técnico atribuyó la reducción de un 50 o 60 por ciento de la producción de 2017 a esas circunstancias sumadas a la sequía y a la aparición de las larvas de "elephas", que proliferan cada 2-3 años.