El Papa advirtió ayer de que el mal ejercicio de la autoridad lleva a la corrupción al tiempo que ha avisado a los católicos de la tentación de considerarse superiores a los demás en perenne búsqueda de "títulos de honor, autoridad o supremacía". "Si la autoridad ya sea civil o religiosa no se ejercita bien, no deja crecer a las personas, se convierte en opresiva e impidecrecer a la persona y crea un clima de desconfianza y corrupción", señaló el Pontífice durante el ángelus. "A mí personalmente me llena de dolor que haya personas que vivan corriendo tras la vanidad de las distinciones honoríficas", señaló.