El número de muertes por tuberculosis bajó un 37 % entre los años 2000 y 2016, con grandes descensos en Europa y en la región de Asia Pacífico, aunque sigue siendo la primera causa de muerte por enfermedad infecciosa. Esta es una de las conclusiones del informe anual sobre la tuberculosis que la Mundial de la Salud (OMS) presentó ayer en Washington y que comenzó a elaborar en 1997, cuando estableció su sistema de evaluación global sobre esta enfermedad infecciosa.

A pesar de los buenos resultados en el descenso de la tasa de mortalidad, en 2016 se registraron 6,3 millones de nuevos casos de tuberculosis, lo que supone un aumento con respecto a 2015, cuando hubo 6,1 millones de nuevos contagios. Según el informe, 10,4 millones de personas enfermaron de tuberculosis en 2016 y, de ellas, el 90% eran adultos, el 65% eran hombres y un 10% eran personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que debilita el sistema inmunitario y aumenta la posibilidad de sufrir esta enfermedad.