Moncho Borrajo: "Si al homófobo le quitas el insulto se desmorona"

-Vaya semanita... ¿Será un reto arrancar una carcajada en Vigo?

-Creo que vendrá bien una risa. De hecho, terminaré el espectáculo con un cuento esperanzador. La idea que tenía para hacer en Vigo a raíz de lo del incendio, es un poema a mi tierra. Un poema en gallego dedicado a este desastre que no entiendo y también, públicamente dar las gracias a esa gente joven que demostró ante el mundo, al igual que con el Prestige, que están ahí. Que no son lo que dice la gente. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Y a veces hacen más ruido cuatro idiotas quemando contenedores, que estos chavales ayudando con calderos de agua. Eso hay que decirlo. Soy una persona muy crítica, pero también reconozco los hechos. La ciudad demostró que ese Vigo de la Movida y del Casco Vello, cuando hay que moverse, se mueve.

-Adelante algún verso.

-¿Qué te ha hecho el árbol? Ese sería el concepto. El árbol te da todo lo que tiene: se convierte en cuna, el féretro, en mesa? Por mucho viento que hubiera, un foco cada 10 minutos no es de pirómanos, es de gente desalmada. También en Asturias, en el norte de Portugal. Tenemos una tierra maravillosa como es Galicia y así no podemos seguir.

-Se pone crítico.

-En mi humilde opinión creo que puedo decirlo. Al igual que me meteré con Puigdemont y Rajoy, tengo derecho como ciudadano a quejarme y decir que ya está bien. Los gallegos tenemos derecho a tener medios para luchar contra todo esto. Pero hacer reír es lo mío, así que me meteré incluso conmigo mismo. Hace poco una presentadora me dijo en televisión "ya sé que eres homosexual" y yo le repliqué: "no, soy maricón"... Y es que para ser maricón, hay que ser muy hombre. Ella me preguntó ¿por qué? Cuando al homófobo le quitas la palabra como él la entiende, el insulto, se desmorona. Si asumes la palabra maricón, ya no es un insulto. Ya he cumplido 68 años y he pasado mucho con respecto a este tema. Cuando un chaval jovencito homosexual me dice "es que no nos respetan", lo primero que le digo es "tienes que respetarte tú y venderte de cintura para arriba, que es donde tenemos el corazón y el cerebro".

-¿Qué es "Cosas mías"?

-No es una antología, ni un refrito; es lo que su nombre indica "Cosas mías ": monólogos, canciones, imitaciones... Es el resultado de una opción -que llega después de "Madre mía cómo está España", donde tengo tema para dar y tomar con Puigdemont- y que fue concebida aparentemente con menor escenografía. Hay cosas que ya he hecho pero que a la gente le han encantado, como la canción de comienzo: "Aquí estoy", que es un resumen de mi vida. También el "Monólogo de los adosados", que no deja de ser una crítica a la pija y a esa moda que hubo de irse a vivir a un 'chalet adosado', para decir que 'hemos ganado mucho en calidad de vida'. Afortunadamente en Galicia no caló tanto, pero es terrorífico porque le llaman jardín a un trozo de césped... y tienen que salir a trabajar a las cinco porque vive en el quinto carallo. También hay una imitación de Chavela Vargas; otro monólogo sobre los váteres turcos, esos en los que que pones un pie aquí y otro allá...

-Me lo imagino... Súper escatológico.

-Lo escatológico es muy infantil pero los mayores también nos gusta. También hay un pedo por comunidades. ¿Qué es un 'pedo'? Es el 'producto español con denominación de origen' y ¿qué es para Pablo Iglesias un pedo? Es el grito libertario de la mierda oprimida. Me gusta ir incorporando al espectáculo cosas nuevas que le den frescura y actualidad. Mi trabajo desde siempre es inclasificable. Yo pretendo que mi espectáculo te sorprenda aunque ya lo hayas visto. A veces ni escribo Los monólogos, los aprendo.

-Siguiendo su espectáculo, ¿cómo está España?

-España ha llegado al nivel de o conmigo o contra mí. Es muy triste, porque yo puedo ser tu amigo y opinar distinto, ¡pero respétame!. Aquí no. No te puede gustar Monserrat Caballé y la Pantoja. Y hemos llegado a un extremo de bulos, que me lo pienso antes de reenviar un WhatsApp.