La gallega Ángela de la Cruz, desde ayer Premio Nacional de Artes Plásticas 2017, está considerada una de las artistas internacionales que más comunica e innova con sus obras. Desde Londres, donde tiene su estudio, trabaja. Debido a su limitada movilidad a raíz de una hemorragia cerebral, debe encargar a otros que ejecuten sus obras. Echar mano de asistentes, no obstante, no es ajeno al arte contemporáneo. Damien Hirst también lo hace. Como él, De la Cruz busca la radicalidad pero con matices diferentes, sin tanto bombo y con el concepto y significado por encima de todo.

El jurado del Premio Nacional -que otorga el Ministerio de Cultura y que está dotado con 30.000 euros- le ha concedido el galardón, entre otras cosas, por esas piezas radicales. Desde la capital del Támesis, la artista respondía a FARO que "estoy de acuerdo con el jurado, mi obra es muy honesta. Tengo unas creencias muy firmes y a veces puede leerse como radical, pero la verdad es que no me importa. Es más, me parece fundamental, sobre todo, en estos momentos. A mí, me interesa fundamentalmente desarrollar mi lenguaje y es lo que sigo haciendo constantemente".

A sus 52 años de edad, esta mujer con coraje que a punto estuvo de ganar el Turner, de momento es la única española que ha sido finalista del mismo, reconoce sentir "honor" por el galardón. "Supone una ayuda para continuar mi obra nueva. También supongo que es un reconocimiento en el ámbito español", añadió.

En Londres, lleva viviendo 30 años. No obstante, esto no la ha arrebatado de su país. El propio jurado, destacaba ayer que sobre su obra "siempre ha mirado hacia España, con referencias a Velázquez, Zurbarán, Millares, Tàpies, Picasso o Goya", así como a su paisano, Valle-Inclán. "Es totalmente cierto. Hay -añadió a FARO- mucho de los grandes españoles de la pintura en mi obra pero no solo pintores, también me han influenciado mucho siempre los cineastas españoles. Desde Goya hasta Berlanga, pasando por Almodóvar. Ahora estoy obsesionada con el escritor Andrés Barba. Me interesa mucho la cultura en general: la moda, la arquitectura, el cine, la filosofía, etc...".

Respecto a las tres décadas alejada -aunque cada año visita su tierra- de Galicia, Ángela de la Cruz realiza un inciso emotivo: "Hace 30 años que vivo en Londres pero toda mi familia está en Galicia. Galicia siempre tiene y tendrá un sitio especial en mi cabeza y mi corazón".

Para demostrar lo conectada que está con la realidad artística y social gallega, De la Cruz lanza un alegato en favor del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO), a la deriva actualmente, ante la inminente marcha de su actual director y la falta de convocatoria de un concurso para cubrir su plaza. "Es una lástima lo ocurrido en el MARCO de Vigo y, desde aquí, quiero darle todo mi apoyo a Iñaki Martínez. Por desgracia, las instituciones públicas en España están demasiado politizadas y este hecho, no ayuda al desarrollo de la cultura en España".

De la Cruz siente un especial cariño por la institución, el MARCO, que le brindó el espacio de su primera exposición individual en España. Fue en el año 2004 con la muestra Larger than life.

Ese mismo año, con su obra Clutter with Wardrobes (Conglomerado de armarios), comenzó a incorporar a sus obras objetos y muebles, casi siempre encontrados o recuperados de la calle. Años después, trabajaría con agua sucia en Wet en una exposición en Viena para reflexionar sobre el cambio climático y las inundaciones extremas.