José Antonio Marques de Magallanes explicó que, hoy en día, determinados hospitales públicos echan mano del ozono para las unidades de dolor, unidades de columna para tratar la hernia de disco; y para el pie diabético.

Sobre esta última afección, señaló que es "uno de los problemas importantes entre los diabéticos" que van "perdiendo sensibilidad; no sienten que se van haciendo una herida en el pie". En la charla, mostró las fotos de la extremidad de un enfermo que llevaba siete meses tratándose, con ingresos hospitalarios y antibióticos, sin que se curara la herida o la infección. "A la cuarta semana de tratarlo con ozono, ya no tenía infección", apuntó. El tratamiento consistió en colocar el pie dentro de una bolsa con ozono para que entre en contacto con la herida porque (este gas) es un antiséptico.

Estudios han llegado a demostrar que esta bolsa llega a curar el 81% de los casos. Si la herida es inferior a los cinco centímetros, el índice se eleva al 100%. Investigaciones citadas también por Magallanes señala que, con el ozono, se puede reducir también el riesgo de amputaciones entre diabéticos que incluso llegan a controlar la glucemia, la presencia de la glucosa (azúcar) en sangre.

Otros enfermos a los que se les puede aplicar son los pacientes con párkinson, ya que la degradación neurológica "tiene origen oxidativo en gran parte de los casos". En este grupo, el 80% de los pacientes tratados con ozono mejora, según Magallanes, además de "mantener esa mejoría".

Por último, citó los beneficios del ozono en personas con enfermedades respiratorias como el asma y la EPOC, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. "El ozono consigue poquito a poquito que el bronquio sensible se parezca a uno normal", señaló.